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Tragedia en El Empalme: Policía revela de dónde habrían llegado los asesinos
La parroquia Guayas luce apagada por la masacre, justo en días previos a sus fiestas. La Policía cree que fue un ataque dirigido
En medio del dolor y la consternación, las familias de la parroquia Guayas, en el cantón El Empalme, despidieron a sus seres queridos tras la masacre ocurrida la noche del domingo 27 de julio. Donde antes se planeaba una celebración para el 7 de agosto por la parroquialización, hoy solo hay silencio, dolor y miedo.
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Un grupo armado irrumpió en el bar La Clínica, donde unas cuarenta personas disfrutaban de música y baile aquel domingo. Lo que debía ser una velada de alegría terminó convertido en una escena de terror, con 17 personas asesinadas.
El Concejo Cantonal de El Empalme declaró duelo oficial. Además, la Mesa de Seguridad resolvió el lunes 28 de julio suspender todos los eventos cívicos y actividades de concentración masiva, incluidos los desfiles y las clases presenciales en las instituciones educativas de la parroquia Guayas, hasta el miércoles 30.
A través de un comunicado, el Municipio de El Empalme expresó su repudio a los hechos. “Rechazamos contundentemente estos actos violentos y hacemos un llamado a la calma y a la paz en nuestra localidad”, señalaron.
Los negocios de esta parroquia han bajado las puertas, mientras militares y policías armados patrullan sin descanso, buscando pistas que conduzcan a los responsables de este episodio nunca antes visto en esta tierra guayasense.

El bar La Clínica, epicentro del horror, permanece como una escena congelada del crimen: velas encendidas, manchas de sangre seca en el piso, luces parpadeantes y sillas rotas. Algunos vecinos aseguran que por las noches escuchan gemidos, “como si fueran almas en pena”.
Frente al bar, en la iglesia San Francisco, se realizaron las misas de cuerpo presente de varias de las víctimas, muchas de ellas oriundas de esta misma parroquia.
Víctimas con antecedentes
El jefe de Policía de El Empalme, Óscar Valencia, explicó que los atacantes habrían llegado desde la ciudad de Quevedo. “Todo apunta a una disputa por territorio entre bandas criminales”, manifestó.
Según Valencia, en la zona opera la organización delictiva conocida como Los Fatales, una facción de Los Choneros. “Presumimos que la masacre fue perpetrada por Los Lobos como represalia”.

Añadió que entre las víctimas se encontraban personas con antecedentes penales, lo que haría pensar en un ataque selectivo; mientras que los demás fallecidos fueron víctimas colaterales.
Uno de los hombres asesinados fue Wilton Cusme Palma, de 38 años, quien tenía procesos judiciales por tráfico de drogas. Las autoridades investigan si él o algún otro objetivo específico motivó el ataque.
El dolor se extiende
En diferentes calles de la parroquia se levantaron carpas para velar a los fallecidos. Don Vinicio Loor, padre de José Bolívar Loor, relató entre lágrimas que su hijo era albañil y soltero. “Siempre estuvo ahí para su familia. No es justo que hayan venido a matar así, a diestra y siniestra, a gente inocente que no tenía nada que ver”, lamentó.
A pocas cuadras, los restos de Mayvelin Camila Vergara, madre de dos niños, eran velados por sus familiares. Más adelante, la familia de Mauro Javier Espinoza buscaba resignación para sobrellevar la tragedia.
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