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Vecinos iniciaron colectas para ayudar a la familia. Necesitan cuatro cofres mortuorios y cuatro espacios para el descanso eterno.Luis Cheme / EXTRA

Tragedia en Quinindé: Cuatro hombres asfixiados en un pozo, ¿qué sucedió?

Por evitar una tragedia, lanzaron un cilindro de gas a un foso, pero tres hermanos y un cuñado fallecieron

En la madrugada, exactamente a las 00:30 de este jueves 17 de julio de 2025, en el sector El Tambo, comunidad de la parroquia La Unión, en el cantón Quinindé, provincia de Esmeraldas, entre el canto de los grillos y el murmullo del río Blanco, la sombra de la muerte se asentaba en una vivienda de madera. Ahí se produjo una tragedia que enluta a la comunidad.

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Miguel Antonio Márquez Zambrano, de 32 años, se percató de que un olor extraño comenzó a emanar desde el interior de la vivienda. Se trataba de una fuga en un cilindro de gas que usaban para cocinar.

“Mi hermano se paró enseguida. Me dijo que el (olor a) gas estaba fuerte, que había que sacarlo o iba a pasar algo feo”, cuenta entre sollozos Rosa Márquez, hermana de los fallecidos. “Salió corriendo, cogió el tanque y lo botó al pozo para evitar que explotara”.

Al lanzar el cilindro al pozo de extraer agua, de unos seis metros de profundidad, Miguel creyó haber evitado lo peor. Sin embargo, al hacerlo se creó una trampa mortal: los gases tóxicos del propano, butano y metano comenzaron a concentrarse, convirtiendo el pozo en una cámara de muerte.

El hermano mayor, Carlos Ramón Márquez Zambrano, de 43 años, bajó con una cuerda para intentar sacar el tanque. “Él decía que no podían dejarlo ahí, que eso iba a seguir botando gas y era peligroso. Bajó sin pensarlo... No salió”, cuenta Héctor Pineda, un vecino.

Al ver que Carlos no respondía, el menor de los hermanos, Isaías Márquez, de 25 años, se lanzó tras él. Después ingresó Miguel y tampoco salió. Edwin Fernando Rosado García, de 24 años, desesperado por rescatar a sus cuñados, también descendió. Uno a uno fueron cayendo en la trampa invisible. La mezcla letal de gases les robó el oxígeno y les quitó la vida a los cuatro.

El tanque de gas que fue sacado por los bomberos.LUIS CHEME

Rescate y desolación alrededor del pozo

Bomberos de Quinindé fueron alertados. “Cuando llegamos, el lugar ya estaba acordonado por vecinos. Bajamos con equipos de respiración, pero todos estaban sin signos vitales”, revela uno de los rescatistas, quien prefirió no ser identificado.

Al amanecer, alrededor del pozo hubo llanto. “Murieron tratando de salvarse unos a otros. No fue una imprudencia, fue un acto de amor entre hermanos”, dijo el párroco de La Unión, quien llegó para rezar junto a los familiares.

Los tres hermanos Márquez son velados en la casa donde compartieron su última noche, a la intemperie. No hay ataúdes, ni sala mortuoria, ni dinero suficiente para una sepultura digna. Solo hay flores silvestres y algunas velas encendidas sobre mesas improvisadas.

Edwin, el cuñado, fue trasladado a su tierra natal, San Ramón, también en el cantón Quinindé, donde también lo lloran entre humildes tablones y cobijas prestadas. Hoy El Tambo ya no es solo un rincón olvidado de Esmeraldas; es el escenario de una trágica historia.

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