El reloj apenas marcaba las 13:30 de este miércoles 13 de agosto de 2025 cuando el eco de varios disparos quebró la rutina de la parroquia Vuelta Larga, en Esmeraldas. La tranquilidad que reinaba junto a la cancha del sector se rompió de golpe, y en cuestión de segundos un joven quedó tendido sobre el asfalto, bañado en sangre.

Era José Andrés Nazareno, de 25 años, estudiante de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, quien salió de casa con la mochila al hombro y un trabajo universitario que nunca llegó a entregar.

Según relataron testigos, minutos antes el joven había discutido con su padre sobre si podía llevar el carro familiar para ir a clases. El vehículo tenía poca gasolina y José Andrés, decidido a no faltar, pidió ayuda a un amigo que trabajaba en moto-taxi. La última imagen que tuvieron de él con vida fue cuando subía a la motocicleta, decidido a cumplir con su deber académico.

Un viaje a la universidad que terminó en tragedia

Pero el destino fue implacable. A pocas cuadras de casa, hombres armados interceptaron la moto y abrieron fuego. Los proyectiles atravesaron el aire y se incrustaron en su cuerpo, haciéndolo caer sobre el pavimento. La mochila quedó a un costado, como un testigo mudo de sus sueños truncados. Los atacantes huyeron en motocicletas, dejando tras de sí un reguero de dolor y desconcierto.

Moradores de Vuelta Larga, todavía con el eco de las detonaciones en los oídos, alertaron a la Policía Nacional. Los primeros en llegar acordonaron la zona, mientras Criminalística levantaba los casquillos percutidos y preparaba el cuerpo para su traslado al Centro Forense. Las manchas de sangre, espesas y oscuras sobre el cemento, eran limpiadas por vecinos con baldes de agua y trapos, intentando borrar de la vista una escena que quedará grabada en la memoria de la comunidad.

El padre de la víctima, José Sacramento Nazareno, ex supervisor escolar y figura conocida en el sector, llegó al lugar poco después del crimen. Apenas pudo sostenerse al ver el cuerpo de su hijo. "Hace unos minutos hablé con él… solo quería ir a la universidad", alcanzó a decir con la voz quebrada. A su lado, hermanos y familiares se abrazaban en silencio, intentando encontrar consuelo en medio del horror.

La noticia ha estremecido a la población. Andrés era descrito como un joven empeñado en superarse, con un futuro prometedor. El ciclo universitario había empezado apenas días atrás, y él se mostraba entusiasmado por retomarlo de forma presencial. Esa ilusión terminó sepultada bajo un ataque que, según las autoridades, tiene las características de un sicariato.

No es la primera vez que la parroquia Vuelta Larga se tiñe de sangre. Moradores recuerdan que en meses recientes al menos dos personas fueron asesinadas con un modus operandi similar, aunque esos casos pasaron casi desapercibidos.