En Capelo, al suroriente de Quito, un aroma familiar recibe a los visitantes: refrito, maní recién cocido, coco y verde frito. En un pequeño local atendido en familia, David Arcentales sonríe mientras explica que su objetivo es simple “traer a Quito el sabor auténtico de Manabí”.

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Las cazuelas burbujean en la cocina, los ceviches están servidos al momento y el menú tiene un protagonista claro: el plato insigne se llama ‘El Doctor’, un homenaje directo a la profesión de David, médico de formación.

Esta preparación combina pescado, empanadas de verde y muchines. “Queremos ofrecer platos que aquí en la Sierra son difíciles de conseguir, pero con el sabor original manaba”, dice con orgullo.

De la medicina y la ingeniería a la cocina

David es médico y su hermano, ingeniero en Mecatrónica. Ambos llegaron a Quito para estudiar, pero decidieron dejar atrás sus profesiones para emprender en lo que los conecta desde niños: la gastronomía manaba.

“Nos gusta salir a probar cosas y pensamos en emprender en algo que también nos apasione. Así nació este restaurante familiar”, cuenta David.

Además de su sazón, incorporan principios de alimentación balanceada. “Buscamos que nuestros platos estén bien equilibrados en carbohidratos, proteínas y grasas, sin perder el sabor”.

El sabor está en los detalles

Aunque El Doctor es el platillo estrella, la carta tiene clásicos costeños que conquistan: empanadas de verde rellenas de queso, muchines doraditos, yucas suaves y maduro con queso caliente. Cada bocado evoca los desayunos y meriendas de la Costa.

“Queremos que la gente no solo coma bien, sino que sienta que está en Manta”, dice David mientras acomoda una bandeja recién salida de la cocina. Los ingredientes son frescos y muchos provienen directamente de provincias costeñas.

Con identidad

Los hermanos Arcentales crecieron en la ciudad de Manta, rodeados de mar, ceviches y tradiciones culinarias que marcaron su infancia. Al llegar a la capital para estudiar, nunca dejaron de cocinar.

Con el tiempo, el sector de Capelo se convirtió en el escenario ideal para concretar su sueño: levantar un negocio propio con identidad. 

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