Luego de seis meses del crimen de Mónica, de 70 años, la Policía Nacional, a través de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased), hizo nuevas revelaciones. Los agentes difundieron el material visual que ayudó a resolver este caso supuestamente mentalizado por sus dos nietos y el padre de ambos, quien es hijo de la asesinada.

El asesinato, al estilo sicariato, se produjo el 16 de marzo de este año, en la calle Pedregal, cerca a la calle Vasco de Contreras, en Rumipamba, sector Altamira, norte de Quito. Mónica, quien estaba por bajarse de su auto, fue baleada por un sujeto que iba a bordo de una motocicleta.

Según la información pericial, en el momento del crimen actuaron cuatro personas. El sicario, el conductor de la motocicleta y dos mujeres que entregaron el arma al asesino. Estas, por su parte, una vez que se cometió el hecho violento, llamaron a un taxi a través de una aplicación cuyo conductor las recogió, aparentemente, ajeno a lo sucedido.

Los agentes de la Dinased acudieron al lugar de los hechos y recabaron entrevistas así como videos. Estos captaron a los dos ocupantes de la moto, pero también a un auto azul que funcionaba como taxi informal. Las imágenes fueron entregadas por la Policía, las cuales registraron los movimientos antes, durante y después del sicariato.

Las detenciones por el crimen de adulta mayor en Rumipamba

Las primeras diligencias investigativas arrojaron resultados un mes después del hecho. Los miembros de la Dinased Quito localizaron el vehículo azul, en el que huyeron las mujeres, en un inmueble de San Juan de Calderón, norte de Quito. Este se encontraba a nombre de una joven, quien detalló a los policías que su padre, llamado Esteban, lo usaba para laborar como taxista.

Esteban fue detenido. Al mismo tiempo, otro operativo se hizo en La Gasca, norte de la ciudad, para capturar a Juan Francisco, de 20 años, identificado como nieto de Mónica. En su poder se encontró un acta de defunción y sellos notariales.

Para julio, una segunda intervención permitió la detención de Juliana, cuya identidad apareció en las pericias como la propietaria de la cuenta bancaria a donde se transfería dinero. Según información a la que EXTRA accedió, la plata era el pago para cometer el crimen de la adulta mayor.

Desde entonces, hasta la fecha en que EXTRA reveló la trama de este caso, se logró identificar a más personas ligadas al hecho violento. Uno de ellos es hermano de Juan Francisco, llamado Daniel (18 años) y actualmente prófugo de la justicia. Pero también se mostró que el presunto mentalizador era el padre de ambos, Bolívar, quien es hijo de Mónica y que actualmente cumple sentencia de 22 años por violación.

Mire aquí la trama completa de los implicados en el crimen de Mónica

Bolívar permanece detenido en la Cárcel de El Inca, en Quito, sitio donde entabló amistad con Jhonier, supuesto sicario que disparó a Mónica. Según la información judicial, este sujeto, apodado como Cali, salió de la cárcel en enero de este año, fecha en la que se habría ya planificado el ataque.

Jhonier, tras su liberación, empezó a residir en un domicilio en la Mitad del Mundo, norte de la ciudad, donde convivía con Juliana y dos mujeres identificadas como Eucariz y Damaris, ambas sospechosas de entregar el arma asesina.

Con toda esta información, las autoridades vincularon al proceso a Bolívar, sus dos hijos Juan Francisco y Daniel, así como a Jhonier, Damaris y Eucariz (ambas prófugas). Sin embargo, tanto Esteba como Juliana fueron retirados del proceso porque Fiscalía se abstuvo de formularles cargos.

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