Jóvenes disfrazados de monstruos y bien ‘chumados’ levantaban pesas o usaban las máquinas en medio de un ambiente de ‘perreo’, humo y licor.

Así fue como funcionarios de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) sorprendieron a más de 300 personas dentro de un gimnasio en Guamaní, al sur de Quito, el sábado pasado.

Según John Taipe, instructor metropolitano de la zona Quitumbe, una denuncia ciudadana alertó sobre una fiesta clandestina en el lugar.

Operativo en un gimnasio

Cuando llegaron, junto a la Policía y personal de la Comisaría, encontraron a decenas de jóvenes alcoholizados, consumiendo licor sin registro sanitario y fumando tabaco. También había ‘pepudos’ con el torso descubierto bailando, mientras algunos corrían riesgo de accidente al usar las máquinas en plena oscuridad.

Fiesta de aniversario

Taipe precisó que el dueño del gimnasio se habría comportado de forma hostil y que no quiso dar ningún tipo de declaración. 

Por el ambiente, las condiciones y la forma en la que encontraron a los participantes, el funcionario presume que en ese lugar se realizan fiestas clandestinas, aprovechando estos eventos para ganar clientela para el gimnasio.

El lugar fue clausurado por no contar con los permisos de funcionamiento y le advirtieron al propietario que no puede organizar allí ese tipo de eventos clandestinos.

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EXTRA acudió al lugar para tomar su versión y este indicó que había organizado una fiesta privada para celebrar los dos años de aniversario del establecimiento.

Aprovechó que se acerca la celebración de Halloween para darle una temática al festejo. El propietario aseguró que no realiza fiestas clandestinas y que en su evento hubo concursos fitness y la participación de influencers.

Además, reconoció que una vecina se habría acercado en dos ocasiones para pedirle que bajaran el volumen, pero no lo hizo. Minutos después le ‘cayó la ley’.

Aclaró que para él es inviable realizar fiestas ‘tapiñadas’ porque eso implicaría mover las máquinas de ejercicios y, según él, eso es imposible. “Para armar esta fiesta tuve que cerrar dos días el local”.

Almuerzo con trago

Esa misma noche, en el sector de La Michelena, los funcionarios les cortaron la ‘pachanga’ a otro grupo de fiesteros.

En este caso, Taipe aseguró que el lugar donde cometieron la infracción era un restaurante que durante el día vende desayunos y almuerzos; sin embargo, por la noche supuestamente se convierte en una ‘disco’ clandestina.

Menores de edad infractores

Lo particular de este caso es que la mayoría de los asistentes eran menores de edad y el evento estaba bien organizado. Es decir, no fue una ‘caída’ improvisada. Incluso se había hecho una convocatoria por redes sociales para invitar a la fiesta, en grupos específicos, para que no haya infiltrados que alerten sobre su realización.

Esto les hace presumir a los funcionarios municipales que existe un grupo detrás de este tipo de fiestas clandestinas en Quito. Pero ellos quieren ‘apagarles la rumba’.

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