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Quito

Camiones fueron atravesados en la Panamericana Sur. Protestan por la inseguridad y por el retiro del subsidio del diésel.Gustavo Guamán / EXTRA

Paro de transportistas cerró la Panamericana Sur: rechazan alza del diésel

Madres, turistas y trabajadores caminaron hasta una hora bajo el sol en Alóag. Los camioneros también reclaman al Gobierno más seguridad en las vías

Madres con niños en brazos caminaron hasta una hora por la Panamericana Sur, entre Alóag y Machachi para lograr entrar a la capital. Turistas con maletas en mano y comerciantes con bultos al hombro fue la tónica de este lunes 15 de septiembre.

Todo debido al cierre de esta vía principal por parte de transportistas pesados. Decenas de camiones y tráileres se cruzaron para evitar el paso de otros vehículos. La razón: la creciente inseguridad que golpea a quienes conducen por las carreteras del país.

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Aunque la inconformidad por la eliminación del subsidio al diésel estaba presente, lo principal fue el reclamo al Gobierno Nacional por más acciones para garantizar que no haya más asaltos y extorsiones.

Juan Calderón, uno de los transportistas contó a EXTRA que apoyó con su camión a la medida de hecho por la preocupación que le genera la situación en las carreteras. "Todos los días hay casos de asaltos, incluso con muertes. Nuestros compañeros están muriendo", reclamó.

Sobre los camiones se colocaron pancartas en rechazo a la inseguridad y exigiendo acciones gubernamentales. Otros optaron por hacer sonar sus bocinas como forma de apoyo a la medida. "No nos vamos a mover de aquí hasta que nos den soluciones. Hasta que haya un papel firmado con los compromisos" gritó uno de los transportistas de apellido Chicaiza.

El ingreso a Quito por la Panamericana Sur fue todo un caos este 15 de septiembre por cuenta del bloqueo de camioneros de esta importante vía.Gustavo Guamán / EXTRA

Conversaciones con el Gobierno

Hasta pasadas las 13:30 no se registraron incidentes o enfrentamientos. En su lugar llegó el ministro del Interior, John Reimberg, para dialogar con los manifestantes. Antes, llegó Jorge Rivadeneira, viceministro de Seguridad y Pedro Abril, director de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) para establecer acuerdos que permitieran restablecer el flujo vehicular.

Hasta tanto, decenas de policías antimotines se desplegaron alrededor de los camiones. Con el ministro, llegó otro contingente de militares cargados de bombas lacrimógenas.

José Caiza alentaba a sus compañeros a no dejarse amedrentar por los uniformados o la presencia de autoridades. "¡De aquí salimos con acuerdos!", les dijo a viva voz.

"No podemos seguir trabajando de esta forma. Cuando salimos de la casa no sabemos si vamos a volver. No importa si viajamos en el día o en la noche", comentó a EXTRA.

Ciudadanos afectados en Alóag

Desde la mañana, centenas de personas optaron por caminar en las orillas de la carretera hasta encontrar transporte hacia la capital. Esto afectó a sus actividades.

"Yo tenía que presentarme a trabajar a las 12:00 en el norte de Quito, pero sigo varado aquí (Alóag)" relató Nicolás Villalba, un trabajador esmeraldeño que labora y vive en la capital.

El joven aprovechó el fin de semana para visitar a su familia en la tierra verde. "Dicen que tengo que caminar al menos una hora", lamentó.

Lorena, una joven madre, tuvo que hacer el mismo tramo con su bebé en brazos y su madre. "Nosotros teníamos cita médica en Quito, esperamos alcanzar", dijo.

El paro se sumó a la falta de atención médica, por lo que tuvo que viajar desde Ambato, provincia de Tungurahua, hacia la capital. "Ya llamé y parece que nos van a atender más tarde", agregó la joven ya cansada de caminar bajo el fuerte sol que acompañó la jornada.

Bloqueos también en Carapungo

Un transportista apostado en el norte de Quito, en Carapungo, expresó su indignación por la situación que viven en las carreteras del país. Denunció que los asaltos, el robo de camiones e incluso los asesinatos de choferes se han vuelto parte de su rutina diaria sin que las autoridades les den respuesta.

“Nos están robando, nos están matando y nadie nos escucha”, señaló, al tiempo que explicó que las bandas criminales también distorsionan las operaciones y generan pérdidas millonarias.

La molestia se agrava con el reciente incremento en el precio del combustible.

El gremio asegura que sus costos se disparan sin que exista un ajuste en las tarifas de fletes. “Antes gastaba 220 dólares en un viaje Quito–Guayaquil. Ahora, con el aumento, se me van entre 300 y 350 dólares solo en combustible y peajes”, detalló.

Además, denuncian que las propias empresas reducen los valores de pago en lugar de reconocer el alza de los gastos. La competencia interna también presiona: “Si no cargas tú, carga otro”, comentó el chofer.

Advertencia de los transportistas

El conductor explicó que la planificación de la jornada nació desde el transporte pesado y que, por ahora, varios grupos se concentran en Alóag para sumar fuerzas. “Estamos yendo para allá, a poner peso, a que nos den oído”, expresó.

En este punto, la vía fue despejada poco después, sin embargo los transportistas advirtieron que permanecerán a los costados de las carreteras y esperan que más compañeros se unan a la protesta. “Estamos por los suelos, tenemos familias que mantener, y con estos precios no nos alcanza”, concluyó.

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