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Defensa planetaria: cómo la humanidad se prepara para desviar asteroides
La defensa planetaria avanza con telescopios, alertas globales y misiones para desviar asteroides
Durante millones de años, la Tierra ha guardado cicatrices de antiguos impactos que transformaron la historia del planeta. Extinciones masivas, catástrofes globales y cielos en llamas forman parte de una memoria geológica que recuerda lo vulnerables que somos ante el universo.
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Sin embargo, la humanidad ha comenzado a escribir una historia diferente. Ante la amenaza de asteroides y cometas, la humanidad ha dejado de esperar pasivamente y actúa: ha nacido la defensa planetaria, una disciplina destinada a anticipar riesgos y construir un escudo propio. Por primera vez, el futuro parece estar, al menos en parte, en nuestras manos.
Lecciones del pasado, herramientas del presente
La extinción de los dinosaurios, causada por un asteroide de más de diez kilómetros hace 66 millones de años, demuestra la vulnerabilidad ante impactos cósmicos. Hoy, la humanidad inicia un plan de contingencia planetaria.
Los sistemas de alerta temprana, los telescopios avanzados y las estrategias coordinadas forman la base de esta disciplina emergente. La defensa planetaria supera fronteras y hace de la cooperación internacional un elemento esencial para la supervivencia. Su objetivo es simple: identificar cualquier amenaza a tiempo y actuar antes de que sea demasiado tarde.
La primera gran prueba: el caso 2024 YR4

A finales de 2024, el asteroide 2024 YR4 puso a prueba los protocolos recién establecidos. Con un tamaño aproximado de 100 metros, presentaba un 3,1% de probabilidad de colisión con la Tierra, suficiente para activar los sistemas de alerta de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y del Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG)."
Equipos de observación de todo el mundo analizaron, calcularon y refinaron las trayectorias del asteroide 2024 YR4 durante varias semanas. Finalmente, la amenaza fue descartada, pero quedó una lección clara: la coordinación global es eficaz y el tiempo sigue siendo el recurso más valioso en esta silenciosa batalla.
Telescopios que vigilan el cielo
Sin detección anticipada, no hay defensa posible. Europa responde con el telescopio FlyEye, ubicado en Italia y creado para simular la visión múltiple de una mosca. Sus dieciséis canales ópticos permiten cubrir extensas áreas del cielo rápidamente.
Por otro lado, el telescopio Rubin, ubicado en Chile, se prepara para realizar el censo más completo de cuerpos del Sistema Solar. Combinado con FlyEye, se espera que la tasa de descubrimiento de asteroides cercanos se multiplique por cinco, revelando muchas amenazas hasta ahora invisibles
De observar a intervenir: la era de las misiones activas
En 2022, la misión DART logró por primera vez que la humanidad cambiara intencionadamente la órbita de un asteroide. La misión Hera de la ESA llegará a Dimorfos en 2026 para estudiar en detalle las consecuencias de este impacto.
Con estos progresos, la defensa planetaria entra en una nueva etapa: ya no se trata solo de vigilar, sino de intervenir. Cada descubrimiento ayudará a optimizar los sistemas de desvío y a diseñar tácticas más seguras frente a posibles impactos.
Se han identificado más de 40.000 objetos próximos a nuestro planeta, pero se estima que millones permanecen desconocidos. Aun siendo pequeños y difíciles de localizar, podrían generar explosiones equivalentes a armas nucleares.
Por eso, la defensa planetaria dejó de ser una idea futurista para convertirse en una necesidad estratégica. Cada instrumento, cada alerta y cada misión representan un paso hacia un futuro en que la Tierra puede controlar mejor su propio destino frente a los peligros del espacio.
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