Luego de dos días de negociaciones en Londres entre representantes de alto nivel, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que el nuevo acuerdo comercial con China “está cerrado”, aunque aclaró que aún está sujeto a la aprobación final tanto suya como del mandatario chino, Xi Jinping. 

El anuncio se produce en medio de los esfuerzos por estabilizar las relaciones comerciales entre las dos principales economías del mundo, tras varios episodios de tensión e imposición de aranceles durante los últimos meses.

En una publicación en Truth Social, Trump detalló que China se comprometió a entregar de forma anticipada los imanes industriales y minerales de tierras raras requeridos por Estados Unidos. A cambio, Washington permitirá que estudiantes chinos continúen sus estudios en universidades estadounidenses, medida que revierte parcialmente algunas restricciones impuestas anteriormente.

Intercambio comercial con condiciones

Trump especificó que el nuevo trato implica un ajuste en los aranceles: “Recibiremos aranceles del 55%, mientras que China recibirá el 10%”, señaló en su publicación. También expresó optimismo sobre los efectos del acuerdo: “¡La relación es excelente!”, escribió el mandatario, asegurando que ambos países trabajan en conjunto para facilitar el comercio bilateral.

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El acuerdo surge tras una tregua temporal que ambas naciones acordaron en mayo durante negociaciones realizadas en Suiza. En aquella ocasión, se redujeron los aranceles de manera provisional: Estados Unidos disminuyó sus tarifas al 30% y China bajó las suyas al 10%, además de comprometerse a eliminar barreras para la exportación de minerales estratégicos. La intención de ese momento era establecer un plazo de 90 días para alcanzar una solución más duradera.

Contexto del conflicto comercial

Este nuevo anuncio representa un intento por estabilizar una relación comercial que se había deteriorado desde principios de año, cuando Trump impuso aranceles radicales sobre importaciones provenientes de varios países, con China como principal afectado. La respuesta de Pekín fue inmediata, elevando sus propios gravámenes sobre productos estadounidenses hasta un 145%, lo que escaló las tensiones.

Durante las conversaciones recientes, ambas partes coincidieron en establecer un marco que permita restablecer parcialmente la cooperación económica, especialmente en lo que respecta a insumos industriales clave como los minerales de tierras raras. Estos componentes son esenciales para la producción tecnológica, energética y de defensa, lo que convierte su disponibilidad en una prioridad estratégica para Estados Unidos.

Trump destaca colaboración con Xi Jinping

Donald Trump reiteró su disposición a seguir trabajando junto a su homólogo chino. “El presidente XI y yo trabajaremos en estrecha colaboración para abrir China al comercio estadounidense. ¡Sería un gran triunfo para ambos países!”, publicó posteriormente.

Un funcionario de la Casa Blanca, citado bajo condición de anonimato por Associated Press, aclaró que el porcentaje del 55% mencionado por Trump no representa un incremento sobre el arancel previo del 30%, sino que incluye otros impuestos ya vigentes sobre productos chinos.

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