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Mauro Arana se persigna frente a las puertas cerradas de la iglesia San Francisco de Guayaquil.Diego Alvarado / EXTRA

“Vi al Papa en parque Samanes y sentí a Dios”: testimonio conmovedor desde Guayaquil

Guayaquil también rinde homenaje al Papa Francisco tras su fallecimiento. Conoce cómo la ciudad lo despide entre rezos, silencio y esperanza

El féretro con el cuerpo sin vida del papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, reposa ya frente a la tumba de san Pedro, bajo la imponente escultura baldaquino de Bernini, en el Vaticano.

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La procesión partió desde la Casa Santa Marta, su residencia papal, acompañada por el repique solemne de las campanas, en una marcha cerrada por sus más fieles: secretarios, asistentes y cardenales presentes en Roma. Durante tres días, los fieles pueden acercarse al féretro de Francisco, cuyas huellas quedarán marcadas en un pontificado al servicio del pueblo.

Este miércoles, desde las primeras horas, cientos de fieles ya formaban una larga fila en la Plaza de San Pedro, el mismo lugar donde el papa Francisco impartió su última bendición el pasado Domingo de Resurrección, apenas unas horas antes de fallecer a los 88 años debido a un ictus cerebral.

Transmiten en Vivo el adiós al papa Francisco

Ahora, a diferencia de otros funerales papales, la despedida también se da en el mundo digital. El Vaticano transmite en vivo por YouTube la incesante llegada de devotos que, con el rostro abatido, ‘desfilan’ por el pasillo central de la Basílica de San Pedro para despedirse.

La liturgia funeraria coincide con las celebraciones del Año Santo, que ha incrementado significativamente la presencia de peregrinos en Roma. Las autoridades vaticanas estiman que más de 200.000 personas, una cifra similar a la registrada en el funeral de Benedicto XVI, se acerquen a despedirse.

Así fue la multitudinaria procesión para velar el cuerpo del papa Francisco.EFE

El viernes a las 20:00 (13:00 hora de Ecuador), el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, cerrará el ataúd de forma definitiva. Al día siguiente, en la Plaza de San Pedro, se celebrará el funeral con la presencia de jefes de Estado, incluido Daniel Noboa, y miles de devotos de todo el planeta.

Historias y milagros del papa Francisco en Guayaquil

En la iglesia San Francisco, en la avenida 9 de Octubre y Chile, los bancos quedaron vacíos tras la misa diurna, pero la fe permanecía viva en los rezos de Mauro Arana.

“En el pasado le pedí bastante al papa Francisco. Él fue un aportador del mundo, especialmente con los pobres y los más vulnerables”, decía mientras se llevaba una mano al pecho. Mauro sufre insuficiencia renal, pero aseguró que ha mejorado gracias a los cuidados médicos… y a la intercesión del Papa.

“Estoy muy agradecido con él. En mi casa, mi abuelita le tenía una imagen en la sala. Este año quisiera ir con mi esposa a una procesión, pero ya veremos. El cuerpo a veces no da, pero el corazón sí”, reflexionó.

En el mismo templo, Mariana Moreira, cargada de fundas y responsabilidades, se detuvo unos minutos. Se santiguó y rezó. “Cuando vino aquí en 2015, lo vi en el parque Samanes. Le pedí mucho por mi patria y por mi familia. Fue como si Dios estuviera en él”, expresó con voz baja, aún emocionada por aquel recuerdo.

En la Catedral Metropolitana de Guayaquil, Boris Minda, trabajador municipal, aprovechó un descanso en su jornada laboral para orar por el Papa. Labora en zonas conflictivas de la ciudad donde, dice, “la gente cree mucho en el Papa”.

Boris Minda posa en la Catedral de Guayaquil.Extra

“Allá, donde las cosas están difíciles, donde las extorsiones son pan de cada día, muchos se aferran a la fe. Por ellos he orado a Francisco, incluso antes de que muriera. Porque él, por ser latinoamericano, era muy cercano a la gente”, manifestó.

Para Boris, el recuerdo de Francisco se entrelaza con una oración que le ha acompañado siempre: el Justo Juez. No en vano, Francisco fue un jesuita, miembro de la misma orden que inspiró esta oración que invoca a un Dios que juzga con misericordia y defiende a los oprimidos. “Cuando pienso en él, pienso en justicia, en cercanía”, concluyó.

La muerte del Papa disparó los precios de vuelos

Como si le hubiera caído un ‘balde de agua fría’, el mundo despertó sumido en luto este lunes 21 de abril, tras conocerse la muerte del papa Francisco en la madrugada, apenas horas después de las celebraciones del Domingo de Pascua.

Miles de fieles colman la Plaza y la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, donde reposan los restos de Jorge Mario Bergoglio, trasladados desde la capilla de Santa Marta (su residencia oficial) para permitir que el público le rinda el último adiós. Las imágenes del homenaje recorren el planeta, reflejo del impacto global del fallecimiento del primer Papa latinoamericano.

A medida que transcurren las horas, crece el interés de peregrinos y viajeros por asistir a las exequias. La alta demanda ha disparado los precios de los pasajes y ha reducido la disponibilidad de fechas, horarios y asientos.

Según datos de aerolíneas consultadas, la compra de boletos aéreos desde Guayaquil o Quito hacia Roma (ida y vuelta) oscila entre los $2.463 y $3.986. El alojamiento también evidencia el incremento de la demanda: los precios por una habitación sencilla parten desde los $185 por noche. Las aerolíneas reportan un aumento del 130 % en la venta de pasajes con destino a la capital italiana.

Geneviève Jeanningros: La amiga del papa Francisco

En medio del silencio que envolvía una ceremonia de despedida al papa Francisco, una escena cargada de humanidad desarmó la rigidez del protocolo. Una figura frágil pero decidida rompió la fila de cardenales y obispos para acercarse al féretro.

No era una autoridad eclesiástica, sino sor Geneviève Jeanningros, una francesa religiosa de 81 años que se inclinó a orar por quien no solo fue su pontífice, sino su amigo.

Así fue la despedida de Sor Geneviève al papa Francisco.Internet

Pese a no estar en la lista de quienes podían acercarse al ataúd, ningún guardia se atrevió a detenerla. Permaneció allí varios minutos, en silencio, llorando.

Miembro de las Hermanitas de Jesús, sor Geneviève entregó su vida a los marginados de Roma, especialmente a mujeres transexuales.

‘L’enfant terrible’ (niña terrible), como la apodaba con ternura Francisco, fue más que una simple monja rebelde. Fue un puente. Según reportes de prensa, sor Geneviève facilitó los encuentros entre el Papa y comunidades excluidas, a quienes el propio Francisco invitó a almorzar, abrazó y apoyó económicamente.

Durante más de 50 años vivió en una caravana, acompañando a los olvidados. Los llevaba a las audiencias papales, los presentaba al Papa, los hacía visibles.

El día de su adiós, sor Geneviève no necesitó credencial, solamente su historia y amor. Y nadie le dijo que ese no era su lugar. Porque sí lo era.

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