Ubicado en el Parque Nacional Sangay, en la cordillera Oriental de la sierra ecuatoriana, el volcán El Altar, conocido ancestralmente como Cápac Urcu (“El Señor de la Montaña”), es considerado por montañistas y especialistas en turismo como una de las montañas más hermosas del Ecuador, tanto por su imponente geografía como por los paisajes que esconde en sus flancos.

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Desde Riobamba, El Altar comparte el horizonte con gigantes andinos como el Chimborazo, el Carihuairazo, el Tungurahua, los Cubillines y el Sangay. Sin embargo, su historia geológica lo hace único. Se dice que, antes de una gran erupción, fue incluso más alto que el Chimborazo. 

El colapso de su cumbre dio origen a una formación que recuerda al altar de una iglesia, razón por la cual sus picos llevan nombres eclesiásticos: El Obispo -la cumbre mayor, con 5.319 metros sobre el nivel del mar-; El Canónigo; Los Frailes; El Tabernáculo; La Monja Mayor, La Monja Menor; y, El Acólito.

Para Daniel Donoso, montañista y explorador, recorrer El Altar es una experiencia que va más allá del desafío físico. “Es una ruta espectacular, una caminata que evoca toda la flora y fauna de la cara sur de volcán. Atraviesa parajes únicos como el bosque petrificado, Puertas del Sol y la conocida Cueva del Oso”, relata.

Cueva para protegerse y lagunas

La Cueva del Oso es uno de los puntos más valorados por quienes hacen travesías de varios días, por ser un refugio. “Cuando hay presencia de vientos fuertes o lluvias, muchos exploradores prefieren acampar en esta cueva, porque ofrece una protección natural y segura”, añade Donoso.

Uno de los mayores atractivos de El Altar es su sistema lacustre, considerado uno de los más bellos del país. Lagunas como la Estrellada, famosa por su forma y aguas claras; la Plateada, un espejo de agua azul oscuro; y la Verde, junto a otras menos conocidas como Pintada, Azul, Mandur y la más remota, Condorazo, conforman un conjunto natural que sorprende. “Todo este sistema lacustre es muy característico del Altar; quizá muy pocos exploradores han llegado a la laguna más lejana, pero es uno de los lugares más hermosos que tiene la provincia de Chimborazo”, asegura.

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