Déleg vivió horas de furia la noche del miércoles 10 de septiembre. Cientos de ciudadanos se agolparon frente a la Fiscalía del cantón y, armados con piedras y palos, desataron una ola de disturbios. Los ventanales del edificio fueron destruidos, un patrullero fue destruido y los gritos de “¡Justicia!" retumbaron en las calles.

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Los manifestantes, enfurecidos, exigían hacer justicia por mano propia y buscaban acceder al sospechoso del brutal crimen contra una adulta mayor. La Policía respondió con gas lacrimógeno para dispersar a la multitud y evitar un linchamiento.

Traslado del detenido

En medio del caos, los uniformados lograron retirar al sujeto, quien fue llevado bajo fuerte resguardo hasta la cárcel de Azogues, mientras los pobladores continuaban movilizados y sin confiar en jueces ni fiscales.

El crimen que encendió la furia

La indignación colectiva se remonta al domingo 7 de septiembre. Esa madrugada, Una mujer de 83 años, fue atacada dentro de su vivienda en Déleg. El agresor ingresó cerca de las 03:00, la sometió a una brutal agresión sexual y la dejó con graves heridas.

La mujer fue trasladada primero al centro de salud y luego al hospital de Azogues, donde murió pocas horas después. La necropsia confirmó lesiones en sus partes íntimas, evidenciando la violencia del ataque.

Pueblo movilizado y desconfianza

Desde entonces, la comunidad no ha dejado de exigir justicia. La captura del sospechoso parecía un alivio, pero la percepción de impunidad desató la furia popular. “¡El pueblo hará justicia si los jueces no lo hacen!”, gritaban los pobladores que permanecieron en las calles hasta la medianoche.

Días antes ya se realizaron marchas para exigir justicia por la señora que no solo era conocida en Déleg, sino una de las más queridas.

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