Donald Trump ha reavivado su política de proteccionismo económico, ahora, en la industria cinematográfica internacional. En una publicación reciente en su red Truth Social, el presidente anunció que autoriza al Departamento de Comercio y a la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos a iniciar el proceso para imponer un arancel del 100% a todas las películas producidas en el extranjero que sean importadas al país.

La medida, según Trump, busca contrarrestar lo que calificó como una “amenaza a la seguridad nacional”, aludiendo a que numerosos gobiernos extranjeros ofrecen incentivos fiscales que alejan la producción de cine y televisión de Estados Unidos, perjudicando a Hollywood y otras regiones productoras dentro del país.

Argumentos de seguridad y economía nacional

En su declaración, Trump acusó a otros países de implementar una estrategia coordinada para debilitar a la industria estadounidense mediante subsidios y beneficios fiscales dirigidos a atraer cineastas. Según el presidente, esta práctica representa no solo una pérdida económica, sino también una ofensiva cultural que introduce “mensajes y propaganda” a través de películas extranjeras.

“La industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente”, señaló en su mensaje, advirtiendo que la disminución de producciones nacionales compromete tanto los empleos locales como la influencia cultural del país. También culpó al gobernador de California, Gavin Newsom, por el declive en la producción en Hollywood.

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Producción internacional en aumento

Aunque algunos sectores han registrado descensos, el informe más reciente sobre la actividad cinematográfica en Los Ángeles muestra un repunte del 18,8% en la producción de largometrajes durante el último año, aunque esta cifra todavía se mantiene por debajo del promedio quinquenal. Aun así, la tendencia general apunta a una migración continua hacia territorios con mejores condiciones fiscales, como Canadá, Reino Unido o Nueva Zelanda.

Por ejemplo, datos recogidos por AP revelan que Nueva Zelanda recibió en 2023 más de 777 millones de dólares estadounidenses por producciones cinematográficas, gracias a un sistema de subsidios que atrajo importantes proyectos como la película de “Minecraft”. Estos incentivos sumaron aproximadamente 200 millones de dólares neozelandeses.

Impacto en Hollywood y el mercado global

La reacción en la industria estadounidense ha sido cautelosa. La Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPA), que representa a los principales estudios de Hollywood, aún no ha emitido una postura oficial sobre la propuesta arancelaria. Tampoco se han precisado detalles sobre cómo se aplicarían los impuestos: si afectarían a las películas distribuidas en cines, en plataformas de streaming, o si se calcularían sobre el costo de producción o los ingresos obtenidos.

A nivel comercial, los aranceles podrían tener un efecto limitado en la cuota de mercado nacional, dado que las producciones estadounidenses ya dominan ampliamente las taquillas del país. Sin embargo, la medida podría alterar la dinámica de exportación y distribución, así como incrementar los costos para los consumidores y distribuidores. 

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Esta nueva propuesta se enmarca dentro de la línea de medidas arancelarias que Trump impulsó durante su presidencia y que ha retomado en su actual campaña. En el pasado, impuso gravámenes elevados a productos chinos, automóviles, acero y aluminio. Ahora, extiende su enfoque a la industria cultural con la intención de devolver el liderazgo cinematográfico a Estados Unidos. 

La propuesta de Trump ha generado inquietud entre analistas, estudios y sindicatos internacionales, que advierten sobre las consecuencias de una posible guerra arancelaria en el sector audiovisual. Si bien todavía no hay una decisión oficial, la Casa Blanca informó que está explorando vías para implementar las instrucciones del presidente, considerando los impactos tanto económicos como culturales.

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