La modelo y creadora de contenido para adultos Luisa Espinoza se enfrenta a un complejo proceso legal que podría definir su futuro en los próximos días. El próximo 9 de mayo de 2025 se reinstalará en Guayaquil la audiencia de juzgamiento en su contra por el presunto delito de pornografía con utilización de niñas, niños o adolescentes, una acusación que, de ser comprobada, podría llevarla a prisión por hasta 16 años.

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La investigación contra Espinoza se inició el 28 de febrero de 2023, cuando las autoridades ecuatorianas, en coordinación con la Fiscalía General del Estado, realizaron una serie de allanamientos en Daule y Guayaquil. Durante estos operativos, fueron detenidos junto a Espinoza otros dos sospechosos identificados como Ydris M. C. y Samuel Ch. V. En los registros, se incautaron computadoras, teléfonos móviles y más de 10.000 archivos que, según los reportes iniciales, contendrían material pornográfico relacionado con menores de edad. Esta infracción está tipificada en el artículo 103 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) y contempla penas de 13 a 16 años de prisión para quienes produzcan, comercialicen o distribuyan dicho tipo de contenido.

Luisa Espinoza continuaba con medidas cautelares

Desde su liberación bajo medidas cautelares, Espinoza ha permanecido bajo vigilancia electrónica mediante el uso de un grillete, una medida que, si bien restringe su movilidad, no ha detenido su actividad en redes sociales y plataformas para adultos. Actualmente, se ha identificado al menos tres cuentas activas en Instagram donde se promocionan sus videos, una situación que ha generado controversia y reacciones divididas en la opinión pública.

El proceso judicial parecía haberse estancado tras la audiencia preparatoria de juicio del 2 de abril de 2023, pero tomó un nuevo impulso cuando la Fiscalía General del Estado confirmó a EXTRA que la causa ha sido asumida por la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional (Fedoti). Esta unidad es la encargada de sustentar la acusación en la audiencia próxima, donde se presentarán pruebas y testimonios para definir la responsabilidad penal de los implicados.

A lo largo de este tiempo, el caso de Espinoza ha estado marcado por un alto grado de reserva. Pese a las especulaciones y filtraciones en redes sociales, las autoridades han mantenido un estricto control sobre la difusión de detalles para proteger el proceso investigativo. Incluso Luisa ha dado varias entrevistas en pódcast, pero en ninguno se ha referido al tema específicamente, solo de manera superficial. También ha ocultado su tobillo, en donde utiliza el dispositivo de vigilancia. 

El juicio que se reinstalará en mayo podría ser decisivo para Espinoza, no solo en términos legales, sino también en cuanto a su imagen pública y su futuro en las plataformas digitales que han sido su principal fuente de ingresos. El caso plantea una serie de interrogantes sobre los límites de la privacidad, y las regulaciones que buscan proteger a los menores en el entorno digital.

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