El humorista y creador de contenido Rony Torres transita por un buen momento gracias a ‘La residenta’, un personaje que nació de la vida real y que hoy se ha convertido en la sensación dentro y fuera de las redes sociales.

Con su característico humor cotidiano, el actor de 36 años logró darle forma a la figura de esa vecina que lo vigila todo, que reclama por cualquier cosa y que está pendiente de cada movimiento dentro de la urbanización.

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Es un retrato que, para muchos ciudadanos en redes, funciona como espejo, desahogo y entretenimiento no solo en áreas residenciales, sino en todos los sectores de la ciudad.

También 'pagó piso' cuando se cambió de casa

Torres explica que el personaje no salió de la nada. “Son vivencias propias”, le asegura a EXTRA. “Todos los que vivimos en urbanizaciones sabemos que existe una ‘residenta’. Si no la ves a tres casas, probablemente eres tú”, dice entre risas.

Su mudanza desde el suburbio, luego al sector de Los Esteros, para finalmente llegar hace tres años a una urbanización cerrada en Vía a la Costa, lo llevó a un mundo donde las quejas, los chats de residentes y los reglamentos estrictos forman parte del día a día.

Recuerda que cuando llegó a su nueva casa, ‘pagó piso’. “Como mi casa tenía el patio techado y quería hacer una parrillada, saqué el fogón a la frentera para que no se metiera el humo y recibí una reprimenda de los residentes. Me tomaron fotos y las enviaron al chat de la urbanización”, detalla. Su acción “bajaba la plusvalía”, le dijeron.

La gente no solo mira sus videos, también participa en ellos. Lo detienen en centros comerciales para contarle sus historias, decirle en voz baja “yo soy la residenta de mi urbanización” o le envían denuncias reales para que las vuelva sketches.  

Más contratos y seguidores que le dan ideas

Rony recibe mensajes diarios en Instagram y TikTok con pedidos, ideas y hasta autorizaciones para que use los casos en nuevos videos. El éxito también se trasladó al plano profesional. La residenta disparó su alcance, le dio nuevos contratos, más seguidores y posicionamiento como actor, comediante y creador de contenido.

“Me ha ayudado muchísimo”, afirma. Marcas lo contactan, en urbanizaciones lo han contratado para animar eventos e incluso los propios residentes le piden que recree escenas: tocar puertas, reclamar por la bulla o improvisar situaciones en fiestas privadas. Su primer contrato como La residenta fue, justamente, para encender el árbol navideño en una urbanización. Y desde ahí, la agenda no ha parado.

Como todo personaje viral, también ha recibido críticas. En redes le dicen que es copia de un comediante mexicano, pero a él no le afecta: cree que las redes se mueven por inspiraciones, no por copias.

“Todo está inventado. Cada quien le pone su esencia”, se defiende, y admite que las referencias son parte del proceso creativo, igual que ocurre con quienes admiran a doctores, artistas o deportistas. Reconoce que su influencia es el humorista Marko, de Venezuela, y que no se trata de copiar, sino de tomar lo más relevante y mejorarlo.

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