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Crónica

Los 400 kilómetros del ‘bicitren’

Descendientes de ferroviarios se lanzan a una aventura que será documentada. De esta forma el cuarteto rinde homenaje a este transporte histórico ecuatoriano

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Los intrépidos viajeros ‘ruedan’ sobre los rieles construidos en el gobierno del general Eloy Alfaro Delgado.cortesía

Los corazones de dos ‘panas’ con historias ferroviarias se encendieron como fogón de locomotora. Todo arrancó el año pasado, gracias a una conversación entre René Paredes y Fernando Freire (subdirector del colectivo cultural ‘Pata de cabra’), quienes contemplaban la idea de caminar desde Durán hasta Quito, haciendo loor al desaparecido ferrocarril, Patrimonio Cultural del Ecuador desde el 2008.

La sangre férrea que corre por sus venas los impulsó a desarrollar la aventura, el ‘bicitren’, proyecto cultural del cual sus ancestros estarían orgullosos, pues el abuelo de René era jefe de área de carpintería; su padre fue la única persona que llegó a ser cuatro veces gerente de la empresa de ferrocarriles; su hermano laboró en el departamento jurídico; un tío fue jefe de bodegas; y él en la década de los 80 prestó sus servicios en el departamento técnico.

El abuelo de Fernando tenía un particular trabajo, era el llamador, oficio que consistía en levantar de 02:00 a 03:00 a los demás compañeros del tren, así calentaban la máquina y antes de las 06:00 el tren salía ‘papelito’ y revisado. Su progenitor fue fogonero y su tío maquinista.

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Se amplió el equipo

A estos viajeros se les unió el periodista Bolívar Sánchez (44 años), quien documenta todo el viaje con fotos, videos y los respalda con entrevistas a los pobladores, en especial de aquellos que tienen vínculos con el histórico transporte. Todo ese material servirá para un documental que están preparando. El abuelo del comunicador fue fogonero.

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Leonardo (izq.) y René trabajando en el prototipo del ‘bicitren’.cortesía

Completó el equipo el primo de René, Leonardo González (44). Sus tíos del lado paterno se desempeñaron como jefe de carpintería, tornero (encargado de armar piezas exactas para los ensambles de ruedas, válvulas, etc.) y electricista. Un tío materno fue jefe de bodega y su padre fue mecánico del tren.

Leonardo no es ingeniero ni mecánico, pero sí un ingenioso hombre que empíricamente arma y desarma computadoras y demás objetos. Él diseñó el particular sistema de funcionamiento de las ‘bici’.

Adaptó el transporte para pedalear sobre la línea férrea y fuera de ella, en las calles.

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Esta característica les sirve cuando se topan con deslaves, maleza en los rieles, cuando no hay vías o estas se encuentran sobresalidas. Sorpresas que surgen por la falta de mantenimiento y control del caballo de hierro del viejo luchador Eloy Alfaro.

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Los obstáculos en la vía han retrasado el recorrido de los viajeros.cortesía

Asimismo, cuenta con un motor eléctrico. “No somos guaguas, no estamos para lanzarnos y pedalear en el páramo del Cotopaxi o Chimborazo, los puntos más altos del trayecto”, señala René, el mentalizador y director del proyecto, quien manifiesta que adaptarlos ha sido caro, pero les ayuda en las cuestas.

La idea de que sean ‘bicis’ fue de René, quien consideró que caminar era agotador, pues el equipo está integrado por sexagenarios y cuarentones. Por eso navegó por Internet, buscó una forma más ágil y segura para realizar su periplo y vio que en países europeos lo ejecutan y lo denominan ‘Las bicicletas sobre las líneas muertas’, sectores donde no pasa el ferrocarril.

Pequeños cambios

Inicialmente saldrían el 30 de noviembre desde Quito, pero el COE Nacional no se los permitió, por lo tanto lo hicieron desde Boliche (Cotopaxi), el 1 de diciembre.

El dinero presupuestado para llevar a cabo la travesía era de 12.500 dólares, el cual cubriría la construcción del transporte, comida, alojamiento y más, pero la pandemia casi frena el proyecto, pues los auspiciantes les retiraron el apoyo, pero la Alcaldía de Durán les aportó con el 60% de los gastos.

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En una de las paradas de la travesía férrea.cortesía

‘Apretados’ y todo se fueron, aunque les tocó ‘bajar’ a dos personas del equipo, iban 6, pero solo alcanzó para 4 miembros.

Con el ‘guacho’ lleno

Paredes indica que no solo ha contado con el respaldo del Municipio de Durán, sino también de la Gobernación de Cotopaxi, que destinó a un grupo del Cuerpo de Bomberos para que los escolten. “Somos personas que vienen de la Costa y nos toca recorrer partes de la Sierra y se pueden presentar problemas de salud; por ejemplo, soy hipertenso, pero gracias a Dios no ha pasado ningún contratiempo”, menciona y confiesa que lo que más le ha impresionado es el cariño y generosidad de la gente, que se acerca para felicitarlos por lo que hacen.

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Cuenta que una señora humilde, en las afueras de Latacunga, salió corriendo de su casa para donarles $ 10. En esta ciudad y en Ambato los hospedaron familiares y eso les ayudó a ahorrar.

“El ferrocarril no solo unía ciudades, también a la gente. Hemos visto muchas muestras de cariño; unas personas nos aplauden, otras nos felicitan en redes sociales, otras nos avisan cómo están los siguientes tramos”, finaliza René, quien sostiene que con este proyecto solo busca hacer conciencia, rescatar la imagen y la cultura férrea ecuatoriana y, por qué no, aportar al turismo y activar la economía de los pueblos cercanos al tren, encender la vía del progreso.

Amor por los trenes

Fernando es conocido por su seudónimo Kolibry y le fascinan tanto los ferrocarriles que hace réplicas de ellos en miniatura, con materiales reciclados: palos de fósforos, partes de computadoras, monedas, tapas de marcadores, etcétera.

Los confecciona desde el 2005 y lleva más de 800 obras, las cuales han llegado hasta Australia, Alemania, EE. UU., España, Argentina. Costa Rica y Francia. Armarlos le toma unas 24 horas y los cubre de resina, que les da la apariencia de vidrio. Este arte se prende en su corazón como el fogón del ferrocarril y no piensa parar.

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El trayecto

Las ciudades y los pueblos del itinerario están basadas en la “Cartilla técnica de kilometraje”, elaborada por el Departamento Técnico de la entonces Empresa Nacional de Ferrocarriles del Estado (ENFE), 1977.

Cerca de 400 kilómetros les tomará el recorrido, el cual empezó en la Estación Cotopaxi (Boliche), siguió a Latacunga, Ambato, Urbina, Riobamba, Guamote, Alausí, Huigra, Bucay, Naranjito, Yaguachi y terminará en Durán. 

Detalles

  • En menos de un mes se pudo construir el prototipo, que estuvo a cargo de González.
  • Entre 160 a 170 libras pesarían las dos bicicletas. Sacarlas y volverlas a los rieles les toma 15 minutos.
  • De Boliche a Latacunga se demoraron entre 7 a 8 horas, porque las vías estaban en pésimas condiciones.
  • En honor a Durán es otro de los motivos de este viaje histórico: homenajear al cantón ferroviario.  
“Hay gente que vive en pueblos fantasmas, pues la base de su economía estaba en este transporte”.René Paredes, creador y director del proyecto