Un abrazo a la eternidad
A través de un vídeo y fotografías, Guillermo Lasso demostró el cariño que le tenía a su ‘hermano’, César Monge, quien falleció de cáncer

El abrazo después de la posesión de Guillermo Lasso.
No era solo un abrazo. Parecía algo más. Era como si el cuerpo de César Monge, incluso debilitado por el cáncer, fuera el soporte más seguro para Guillermo Lasso. El brazo derecho del presidente se apoyaba en un bastón y el otro rodeaba el cuello de su pana, su hermano del alma. Su mano lo apretaba fuerte y lo atraía contra su cuerpo. Una, dos veces.
César Monge tenía 49 años recién cumplidos el 22 de julio, dos niños de 10 y 4 años, y a Mercedes, su esposa. En sus últimos días batalló contra un cáncer de páncreas que finalmente le cerró los ojos para siempre. La enfermedad solo le permitió ver y disfrutar del triunfo de su pana como primer mandatario. Un triunfo en el cual fue uno de sus principales protagonistas.
“Comparto un momento inolvidable junto a mi hermano querido. Agradezco a Dios por su vida y por acompañarme hasta el final”, se lee en la grabación del abrazo que se dieron el pasado 11 de abril, día en que Guillermo Lasso ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Ese día, Monge fue el primero en hablar sobre la victoria, que les había sido esquiva en dos ocasiones anteriores. Bajo el tuit, la frase ‘amistad condicional’ se repetía. El vicepresidente Alfredo Borrero reconoció también que ese triunfo se debía a Monge.
“Con profundo dolor te digo hasta pronto querido César Monge, amigo, compañero de lucha, un ser leal y comprometido con la patria, por ti hemos llegado hasta aquí y en tu nombre trabajaremos incansablemente por nuestro país. Mi respeto y consideración siempre”, publicó en Twitter, también con la foto de un abrazo.
Su cuerpo fue trasladado al cementerio Parque de la Paz, donde sería sepultado a las 13:00 de mañana 26 de julio. Lasso acudió para despedir a su amigo, con un abrazo... desde el alma.