La Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional sigue ‘on fire’ tras las recientes acusaciones a su presidente, Ferdinan Álvarez por parte de Xavier Jordán, prófugo por el caso Metástasis.

Jordán afirmó en sus redes sociales que envió los documentos que probarían una estructura de corrupción en hospitales del IESS, en la que estaría implicado Álvarez.

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Tanto el exministro de Gobierno y exasambleísta Henry Cucalón, como el exlegislador por SUMA, Héctor Muñoz, coinciden en que la Asamblea cometió un grave error al permitir la intervención de personas con condenas por corrupción.

“Se ha convertido en tribuna de mafiosos. Eso es inaceptable”, dijo Cucalón. Por su parte, Muñoz calificó la comparecencia como “un error innecesario” y advirtió que este tipo de prácticas “le pasan factura a la credibilidad de la comisión”.

Críticas al rol de la Asamblea

Cucalón fue enfático en señalar que la Comisión de Fiscalización no puede prestarse para ajustes de cuentas entre actores vinculados a redes criminales. “Si tienen algo que decir, que lo hagan donde corresponde, en la Fiscalía. El rol de la comisión es político, no judicial”, expresó.

Muñoz, en cambio, cree que ambos casos deben ser manejados por igual.  “Si se le dio cabida a uno, se debe tratar con el mismo rigor la información que entrega el otro. No se puede discriminar según a quién afecta”, dijo, en alusión a las acusaciones contra Fernando Álvarez.

Ambos coinciden en que el Legislativo está cayendo en prácticas que debilitan su institucionalidad. “Dan vergüenza”, señaló Cucalón sobre la calidad de representación parlamentaria. Muñoz, por su parte, pidió evitar que “estos shows contaminen a toda la Asamblea”.

¿Qué hacer con los documentos?

Para los exfuncionarios si los documentos contienen elementos sustanciales, deben ser enviados a los órganos competentes. “No le corresponde a la comisión determinar su veracidad. Esa es tarea de Fiscalía o Contraloría”, dijo Muñoz.

Cucalón fue aún más tajante: “La comisión va camino a convertirse en auxiliar de archivos si solo recibe papeles sin criterio ni control”.

El tratamiento de las supuestas pruebas debe estar en manos de toda la Comisión. “Todos los comisionados deben conocer el contenido, deliberar y decidir como órgano colegiado”, sostuvo Muñoz.

Un daño innecesario a la institucionalidad

Para los exfuncionarios, la Comisión de Fiscalización ha perdido su norte. “Esto no nació por la búsqueda de la verdad. Nació como un show político para atacar a otro grupo también comprometido”, expresó Cucalón.

Muñoz añadió que la transparencia debe ser la única guía posible: “El país necesita que se trate toda la información con el mismo rigor. El manejo selectivo solo profundiza la desconfianza”.

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