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Las aplicaciones para ‘ligar’ pueden convertirse en un peligro

Expertos en ciberseguridad explican que los delincuentes abusan de la confianza de la gente para engañarla y obtener beneficios personales. 

Estafador - Netflix - Tinder
El estafador de Tinder se hizo pasar por el hijo de un gobernante multimillonario israelí.Internet

Cuando dos usuarios de la aplicación de citas Tinder hacen ‘match’, hay dos caminos: una relación de amistad o amorosa, que podría terminar en matrimonio incluso; o la estafa, extorsión y hasta la persuasión para cometer algún tipo de delito.

La serie de Netflix ‘El estafador de Tinder’ devela cómo el israelí Simon Leviev ‘jugó’ con mujeres en todo el mundo y ‘ganó’, mediante engaños, más de 10 millones de dólares. Y está libre. ¿Qué dicen las leyes en Ecuador?

En el país se han registrado casos de personas malintencionadas que han utilizado estas plataformas para cometer delitos. En la organización feminista Nina Warmi, por ejemplo, el año pasado recibieron denuncias sobre chicas que fueron persuadidas por hombres en Tinder para que fueran parte de un casting de pornografía.

Detrás de eso, según la organización, se escondía una red de trata de personas con fines de explotación sexual.

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Entre el acoso y el placer

El uso de estas aplicaciones para ‘ligar’ termina siendo un ‘arma de doble filo’.

La abogada Daniela Macías, experta en el área de seguridad cibernética, explica que en el país los delitos más frecuentes relacionados con este tipo de apps son la extorsión por imágenes y videos íntimos (sextorsión) y la divulgación de los mismos por ‘desquite’ (pornovenganza).

Aclara que no existe un tipo penal específico para catalogar una estafa cibernética, pero sí hay otros delitos que podrían sancionarse bajo la conducta del sospechoso que estaría estafando. Los que más se acoplan son el abuso de confianza y la violación a la intimidad.

En el caso de la serie, la jurista indicó que se puede judicializar al sujeto basándose en la premisa de que él hizo un análisis del perfil psicológico de las víctimas con base en la información de sus preferencias y gustos.

Conocía de sus vulnerabilidades y sabía cómo manipularlas para obtener de ellas dinero prestado, “a sabiendas de que no se los iba a regresar”.

Debilidades

Según el israelí Leviev, ha sido acusado de manera injusta. En una de sus últimas publicaciones escribió: “Ya es hora de que las damas comiencen a decir la verdad... Si no puedes darles el mundo que quieren, convertirán el tuyo en un infierno”.

En este aspecto, Juan Pablo Peláez, consultor en ciberseguridad y especialista en temas de seguridad de información, comentó que muchas mujeres solas que utilizan estas plataformas piensan que conocer extranjeros puede llevarles a mejorar su estilo de vida.

“Los delincuentes obtienen la confianza de ellas, les piden información y se aprovechan”.

Peláez afirmó que en el caso del estafador de Tinder, es casi imposible llevarlo a la cárcel porque él puede argumentar que las mujeres le prestaron dinero bajo su propia voluntad.

Y a pesar de que las afectadas tengan pruebas como mensajes de texto o cheques en blanco, el experto señala que las legislaciones de los países se prestan para subjetividades que beneficiarían al infractor.

Enfatiza que existe el vacío legal de no tipificar a la estafa digital como un delito. Bajo este criterio, otro de los recursos que utilizaría el acusado sería que conoció a las mujeres en una aplicación de citas y que el dinero lo pedía a su pareja, no a alguien ajeno.

Lo que recomienda el experto es siempre cerciorarse de conocer a la otra persona antes de darle información íntima o sensible y caer en algún tipo de estafa.

La nueva serie del estafador de mujeres se encuentra como la cuarta más vista de Netflix en el Ecuador.