Si la ‘pípol’ creía que las peleas solo se dan cara a cara, el alcalde actual, Aquiles Álvarez Henriques, y la exalcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, son la muestra de que los ‘trapitos al sol’ también quedan expuestos en redes sociales.

La ‘tiradera’ inició luego de que Álvarez contestara al requerimiento de un usuario a través de Twitter. En este, un ciudadano le solicitó “de todo corazón con respeto” que ordene limpiar la falda del cerro que se ubica frente a Mucho Lote 2, sector del norte de Guayaquil.

Esta petición fue contestada por el alcalde un minuto después de haber sido publicada. Esto fue aprovechado por otro usuario para manifestar su inconformidad con la paralización de una obra iniciada en el sector de La Ladrillera, en el noroeste de la urbe, afirmando que esto representaría un peligro para los moradores.

Esto también te puede interesar: Estos son los jueces y fiscales asesinados en Ecuador en los últimos 13 meses

La contestación de Aquiles ante este último texto fue directo ‘a la vena’ de la pasada administración: “todo ha estado paralizado, supuestamente nos dejaron las cintas rojas para inaugurar obras, pero todo ha estado parado y es un desastre”, escribió.

Y eso no fue todo. Él le añadió que “Guayaquil está patas arriba” y que “la reactivación, poco a poco, va en camino”. Esto lo publicó el domingo 4 de junio. Sin embargo, Cynthia Viteri, después de dos días, respondió a Álvarez.

Te invitamos a leer: Quién es Diana Jácome, la periodista que busca la vicepresidencia en 2023 con Jan Topic

En cuatro puntos, ella le cuestionó la ratificación como director de obras públicas a Andrés Burbano; le ‘recuerda’ que “todas las obras que recorre y promociona son de su administración; le da la ‘bienvenida’ al “repugnante sistema” del Gobierno central y le hace memoria que conoce todo el trabajo del Municipio y que cualquier “desinformación a los ciudadanos” será replicada.

Aquiles Álvarez le respondió 40 minutos después con un texto larguísimo en el que incluye cifras de presupuesto y en el que le deja un consejo “no pedido” que gira en torno a aprender a perder. Finalmente, él se despide y le desea que disfrute en Madrid.