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Las vecinas del suburbio llegan uniformadas a las clases de bailoterapia.Gerardo Menoscal / EXTRA

Bailoterapia une a los vecinos y aleja a los pillos en el suburbio de Guayaquil

De lunes a viernes, el parque lineal de la calle 29 se convierte en una inmensa pista donde las residentes sacan los pasos prohibidos

Solo ropa cómoda y sobretodo muchas ganas de mover el esqueleto es lo único que se necesita para participar en las clases de bailoterapia que el maestro Adrián Díaz lleva nueve años impartiendo en el suburbio guayaquileños.

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Son decenas de mujeres de todas las edades las que, de lunes a viernes, se dan cita en el parque lineal de las calles 29 y O’Connors para aprender nuevos pasos de baile de las canciones de moda, al tiempo que se ejercitan y hacen nuevas amistades.

“Un día me puse a bailar con unas amigas del barrio, tomamos un espacio del parque y nos quedamos. A la gente le llamó la atención, empezaron a llegar y ahora somos entre treinta y cuarenta personas cada día”, relató Díaz sobre los inicios de la actividad.

Ahora, con un parlante y un celular que utiliza para reproducir las canciones, enseña los ‘pasos prohibidos’ de 07:45 a 08:45. Las clases tienen el costo de un dólar por sesión.

En este punto de la urbe porteña, conocido por la insufrible inseguridad y violencia impuesta por las bandas criminales, los vecinos han encontrado en esta actividad una herramienta para mantener alejados a los maleantes, aunque también insisten a la Policía Nacional para que refuerce sus patrullajes.

Piden seguridad y mantenimiento

Las coreografías son practicadas hasta que los pasos quedan aprendidos.Gerardo Menoscal / EXTRA

“Las clases nos devuelven la vida a nosotras y también al sector. Lo que sí le solicitamos a la Policía es que haga mas patrullajes porque por aquí suele dar vueltas gente mala”, explicó Ana Cortez, quien acude a las clases desde hace cuatro años, y que además aseguró que antes de las clases pesaba 220 libras y ahora está visiblemente más en forma.

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Este diario pudo corroboró la mañana del viernes 15 de agosto que a pocos metros de la cancha donde se realizaba la sesión de bailoterapia habían jóvenes merodeando en actitud sospechosa, sin realizar ninguna actividad más que observar a quienes pasaban por el lugar.

Míriam Guerrero, otra bailarina aficionada que lleva dos años bajo la tutela del ‘profe’ Adrián, coincidió con Anita y además de mayor seguridad, también pidió mayor atención y mantenimiento para el parque. “Siempre está sucio, descuidado”, indicó.

En este punto, desde muy temprano las gradas y canales de aguas lluvias están copadas por fundas, botellas plásticas y residuos de comida. “No es que lo ensucian a cada rato, es que nunca vienen a limpiarlo. Así se mantiene días”, denunció una moradora del sector que prefirió no identificarse.

El profesor Adrián agregó que, para quienes no pueden asistir durante las sesiones matutinas, también hay un horario nocturno, de 19:30 a 20:30, en la explanada de la Unidad de Vigilancia Comunitaria Portete, en las calles 29 y la J.

El instructor enseña nuevos pasos de baile a las bailarinas.Gerardo Menoscal / EXTRA

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