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La ‘bruja del aguacate’ la maldijo

Su curiosidad la llevó a espiar la cabaña en la que habitaba una misteriosa mujer y vio cómo levitaba. Se hizo una limpia y todo acabó.

La bruja del aguacate
La machaleña fue atormentada durante 18 años.Archivo

La supuesta maldición de una bruja atormentó durante 18 años a Juana, una joven machaleña. Sufría pesadillas y constantemente sentía la presencia de alguien que la vigilaba por las noches antes de dormir. Su habitación era un espacio de terror.

Pero estos eventos paranormales también trascendían las fronteras de su hogar. No importaba en dónde estuviera.

Juana tenía 7 años cuando en 2005 se fue a vivir con sus padres, quienes cuidaban haciendas, a una bananera ubicada cerca de El Cambio, provincia de El Oro. Según las creencias de los lugareños, en ese lugar rondaba “la bruja del aguacate”.

Una noche, a las 22:00, su curiosidad la empujó a espiar una covacha donde habitaba la presunta hechicera, una señora de unos 55 años. Lo hizo con una amiga. Cuando se acercaron a la cueva que estaba en medio de la vegetación, terminaron ‘heladas’ del susto al verla suspendida en el aire, vestida de negro.

“Nos subimos a un árbol que estaba lejos. Desde allí vimos que una escoba se movió sola. Luego la bruja estaba debajo de su árbol de aguacate y empezó a volar. Bajó los aguacates que siempre estaba vendiendo”, recuerda.

La mujer se dio cuenta que la espiaban y empezó a perseguirlas en la oscuridad.

Cuando las alcanzó, la amiga de Juana empezó a convulsionar y ella recibió la maldición.

“Parecía que corría en el aire. Mi amiga cayó al piso, ella se me paró enfrente y me dijo: ‘maldita seas tú que te me paras aquí’. Solo la quedé mirando. Mi amiga se levantó y corrimos a mi casa para buscar a mis padres que estaban en una fiesta con otros vecinos”, detalla Juana, de 26 años y graduada en Contaduría Pública.

Ellos, con palos y machetes, fueron hacia la cabaña para reclamarle por haber asustado a las niñas. Pero cuando llegaron vieron una escena terrorífica.

“Abrió la puerta y vimos que tenía bastantes cruces al revés, cráneos, hierbas y tarros de agua con sapos adentro. Ella, brava, salió y dijo que no la molestaran y se vayan de su casa, que nosotras habíamos intentado coger unos aguacates”.

Al año siguiente, Juana y sus padres se mudaron a Naranjal, Guayas, pero igual siguió experimentando hechos paranormales. Hace dos años viajó a Santo Domingo de los Tsáchilas para realizarse una limpia y terminar con esa etapa oscura en su vida.

TUVO SUERTE

Rafaela Álvarez, investigadora de hechos paranormales, explica que Juana recibió la maldición de la supuesta hechicera, pese a que la encaró. “Las brujas negras tienen el poder de maldecir a las personas, hechos que atormentan a alguien hasta que no se haga una limpia. Tuvo la suerte de encontrarse con ella y no con una bruja roja, quienes hacen conjuros, pero para matar a la persona”, indica.