Intentar escapar de los agentes policiales durante un control rutinario le costó la libertad a Flavio Israel Jiménez Trujillo, principal sospechoso de la muerte de su amigo y ‘ñaño de faldas’ Carlos Jacinto Crespo Rivera, alias el Tigre.

La captura se registró a las 00:20 del miércoles 17 de noviembre, en las calles Manuel Encalada y callejón S/N, en el cantón Naranjal, en Guayas.

A las once de la mañana, Jiménez fue presentado en el despacho del fiscal César Peña, en donde se acogió al derecho al silencio.

En la audiencia de formulación de cargos, Peña tenía previsto abrir la instrucción fiscal a Jiménez por el delito de asesinato y, de ser hallado culpable, podría pagar una pena privativa de libertad de 22 a 26 años. “Si se llegasen a presentar circunstancias agravantes, la pena subiría a 34 años con 8 meses”, sentenció la autoridad.

Desde aquella mañana del martes 12 de octubre en que se registró el crimen del Tigre, la jueza Silvia Malo Toledo, de la Unidad Judicial Multicompetente Penal del cantón Naranjal, emitió una orden de captura en contra del sospechoso, con fines investigativos por el delito de asesinato, pues al hombre de 42 años se lo vinculó desde el principio con la muerte bajo modalidad sicariato de quien se dedicaba a trabajar como mecánico automotriz.

Además, ese mismo día, tras conocer las versiones de los familiares y amigos de la víctima, las autoridades establecieron que el asesinato del Tigre respondía presuntamente a un lío de faldas.

Así consta en la versión que la esposa del hoy occiso rindió ante la Fiscalía, en la que también habla de una posible prueba de ADN que le iban a practicar a un menor de edad para establecer, entre la víctima y su victimario, quién era el padre biológico.