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Diario Extra Ecuador

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En el corazón de los ecuatorianos

En medio de lágrimas, frases de pesar y música le dieron el último adiós a un ícono: Carlos Rubira Infante.

Seguidores del compositor llegaron hasta el velorio para despedir a don Carlos Rubira.

Seguidores del compositor llegaron hasta el velorio para despedir a don Carlos Rubira.Valentina Encalada.

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“Quiero que seas feliz mientras yo viva y que no tengas ni un dolor siquiera. Yo te daré mi amor para que vivas como una flor en plena primavera, en plena primavera”, reza la primera estrofa del pasillo ‘Esposa’, una de las melodías más representativas del cantante y compositor Carlos Aurelio Rubira Infante. Esta se convirtió en la melodía preferida de los cuatro hijos que el artista procreó con Blanca Gómez.

Pero pocos conocen que la letra de esta canción, que se convirtió en un himno de los hombres para sus esposas, nació como una apuesta, contó ayer Carlos Rubira Gómez, hijo del compositor.

“Hace más de 40 años Evaristo Albán (don Evaristo) le dijo a mi padre: Te apuesto una botella de whisky a que en media hora no le haces una canción a Blanquita”, recordó ayer su hijo Carlos.

La apuesta la ganó Rubira. Finalmente este desafío originó una de las canciones más representativas del artista guayaquileño, que la mañana del viernes dejó de existir a sus 96 años, dos días antes de cumplir 97. Él permaneció asilado en el hospital del IESS de Los Ceibos por un quebranto en su salud, indicaron sus familiares.

‘Guayaquileño, madera de guerrero’, ‘Guayaquil, pórtico de oro’, ‘Chica linda’, ‘Playita mía’, ‘Venga conozca El Oro’, ‘En las lejanías’, ‘Viva Manabí’ son varias de las más de 600 canciones, entre pasillos, pasacalles, sanjuanitos, albazos, valses, que nacieron de la inspiración del guayaquileño nacido el 16 de septiembre de 1921.

Desde las 12:00 del viernes sus restos fueron velados en el Salón de Honor de la Ciudad. Homenaje que le rindió el Municipio de Guayaquil por su aporte artístico al Puerto Principal y al país. A este lugar asistieron familiares, amigos, reconocidos artistas ecuatorianos e incluso seguidores de Rubira.

Querían ver a su artista

La manabita Velky Rojas Cevallos llegó antes de las 08:00 de ayer. No era amiga del artista, pero sí de Gilda, su hija. “Vivía enamorada de su música y con ‘Guayaquileño, madera de guerrero’ me hacía sentir que era de aquí”, contó con emoción la señora.

Otra de las fanáticas que también acudieron al velorio es Carmen Flores Jácome. Ella salió desde el suburbio porteño para ir a despedir al músico.

La señora de 75 años permaneció varios minutos parada frente al féretro. No pudo contener las lágrimas y antes de retirarse pronunció “Te fuiste, maestro”.

Flores contó a EXTRA que creció con la música de Rubira. Su padre la escuchaba y ella heredó su gusto por las canciones del artista.

Fernando Vargas Cambo, uno de los alumnos de la Escuela del Pasillo Julio Jaramillo, llegó a Guayaquil para despedir a su maestro. Él se encontraba en Loja cuando se enteró del deceso de Rubira.

Lorena Posligua, de la Dirección de Patrimonio y Cultura del Municipio de Alausí, también acudió al velorio como delegada de su ciudad.

Los restos de Rubira permanecieron hasta las 10:30 de ayer en el Salón de la Ciudad. Luego fueron trasladados hasta la Sala 2 de Velación de la Junta de Beneficencia. A las 15:00 se ofició la misa de cuerpo presente y a las 16:00 sus restos fueron sepultados en un mausoleo del Cementerio General de Guayaquil, en la puerta 8.

Carlos Rubira Gómez

“Era un hombre estricto, enérgico”

“Mi padre nació en Guayaquil, pero amaba tanto Santa Elena. De allá eran mi abuela y mi madre. Incluso compuso una canción para esta provincia. Lo recuerdo como un hombre estricto y enérgico”, dijo Carlos Antonio Rubira Gómez, de 60 años, el cuarto de los cinco hijos del artista.

El deudo recordó que el año pasado le celebraron el cumpleaños a su papá con una reunión entre familiares. “Esta vez le habíamos preparado también algo íntimo, pero él se nos fue antes”. Carlos contó que el cantante tuvo cinco hijos. Alba, de 70 años, es la mayor y vive en EE. UU. “De padre y madre somos Pedro de 66, Juan de 64, Gilda de 58 y yo”, acotó.

Gilda Rubira Gómez

“La persona más leal que he conocido”

ilda Rubira Gómez era el amor más grande del fallecido artista. “Era la luz de los ojos de mi padre”. Así lo dijeron sus hermanos.

Recuerdo a mi padre cantándome: “Gilda, eres mi desvelo, eres de mi patria todo su esplendor, naciste tan bella, tan blanca azucena, eres tan hermosa, hermosa chiquita de mi corazón”, recordó entre lágrimas. Él compuso esa canción para su hija.

Ella se refirió a su padre como la persona más leal que ha conocido.

Juan Rubira Gómez

“Su música dejó un legado”

“Cómo olvidar a mi padre. Su música dejó un legado no solo en los guayaquileños, sino en los ecuatorianos. Cantó para casi todos los rincones del país. Le decían el cantante de las nacionalidades”, explicó Juan Rubira, el segundo de los hijos del artista.

El deudo manifestó que su papá nunca les permitió coger una guitarra y que siempre les repetía que primero eran los estudios y su deber era tener un título. “Después podrán hacer lo que les dé la gana”, comentó.

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