El Centro Histórico de Quito se convirtió en un campo de ‘guerra’, pero carnavalesca. Cientos de personas salieron con su mejor ‘artillería’, conformada por latas de espuma, fundas de anilina y ‘bombas’ llenas de agua.

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La calle Venezuela, cerca del Palacio de Carondelet, fue el principal punto de ‘batalla’. Mientras los ‘chullitas’ caminaban se lanzaban de todo. Nadie se salvaba.

Algunos querían tomar fotos para registrar los momentos divertidos, pero no podían porque apenas sacaban su teléfono les caía espuma, o se acercaban fiesteros con anilina que les manchaban la cara.

Había grupos de jóvenes que con fundas llenas de globos con agua buscaban un espacio, divisaban a sus ‘víctimas’ y empezaban el ‘bombardeo’. Por momentos, algunas personas parecían ‘moles espumosas’ caminantes.

Ni los comerciantes se salvaban. Cuando algunos gritaban para ofrecer sus productos, muchachos escurridizos les lanzaban espuma. “No te tragarás, nomas”, les gritaban mientras huían riendo.

Hasta los gringos se llevaron un recuerdo de esta ‘guerra carnavalesca’. Varios intentaron tomar fotos de la Catedral, pero antes de aplastar el botón para registrar la escena, los lentes del dispositivo eran cubierto de anilina.

Franklin Izurieta llegó con su familia a la calle Venezuela desde La Santiago, en el sur de Quito. Su intención era almorzar y buscar alguna actividad turística; sin embargo, le recibieron con un par de ‘bombazos’ de agua. Entonces, él decidió ‘armar’ a su familia con latas de espuma y ‘contraatacó’ a sus rivales.

Comida y danza

Pero no todo fue ‘bombardeo’ de carnaval. En otros sectores del centro de Quito hubo más variedad. Por ejemplo, en el bulevar de la plaza 24 de Mayo se organizó un evento artístico en el que varios grupos folclóricos mostraron sus coreografías. Además, instalaron una tarima para que algunos artistas interpreten música nacional.

En la plaza de Santo Domingo, en cambio, hubo un festival de gastronomía en el que los quiteños pudieron degustar platos de todos los rincones del país.

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