La investigación por el crimen de Hernán Mendoza ya suma dos detenidos de los tres implicados. Se trata de Félix Ronaldo Freire, quien se encontraba en México de forma ilegal y que aparentemente apuñaló a la víctima que fue hallada en las riberas del río Guayllabamba, en los límites de Pichincha e Imbabura.

Con su aprehensión, la Policía reveló el papel de Freire en este hecho que comenzó con la desaparición de Mendoza, el 26 de enero. Esa fecha, el sospechoso se acercó a la víctima en un local de comida del norte de Quito, sector La Pradera, y le dio un vaso de cerveza.

La Policía indicó que la bebida posiblemente tenía una sustancia. Luego de eso, Mendoza fue subido a un taxi, el cual era conducido por Franklin Álvarez, detenido también en este proceso.

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Según las investigaciones, Freire ató de pies y manos a Mendoza tras subirlo al taxi que fue con rumbo al sur de Quito. El afectado fue golpeado y amenazado con armas cortopunzantes con el fin de robarle y cuyo perpetrador supuestamente fue Freire, señala la Policía. Eso derivó en la muerte de Mendoza, quien habría sido abandonado en el puente de Guápulo, oriente de la ciudad.

Después de los hechos, sobre el detenido pesaba una orden de captura y difusión roja de la Interpol. El 6 de abril fue identificado en tierra mexicana y fue expulsado a Ecuador para que cumpla con la prisión preventiva.

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Ahora, él forma parte del proceso que se abrió por desaparición con resultado de muerte luego de ser vinculado en marzo pasado.

El primero en caer en este caso fue el taxista Franklin Álvarez, cuyo vehículo fue identificado a través de videos de cámaras del establecimiento donde estaba Mendoza.

La Policía detalló que el conductor estaría implicado en otros robos perpetrados de la misma forma, es decir, con el uso de escopolamina.

Actualmente él está en prisión y ahora el objetivo de los investigadores es René Aponte, el tercer procesado en este hecho. Según el relato que dio Álvarez, este último sospechoso pagó la carrera junto con Freire para llevarse a Mendoza.

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