“Me están esperando para matarme”. Esas fueron las palabras de Carlos Andrés Guati Rivera, alias Chavito, para solicitar al juez Wilfrido Castillo que lo envíe al centro de detención de Guayaquil, luego de ser procesado, el jueves 25 de noviembre, por tres muertes violentas ocurridas en Machala, provincia de El Oro.

El miedo era notable. Sus manos temblaban y constantemente movía las piernas mientras se encontraba en la audiencia de flagrancia, que culminó con el dictamen de prisión preventiva.

Luego, mirando al magistrado y sin esperar que el abogado público hable por él, pidió que no lo ingresen al centro de privación de libertad de Machala, pues ese penal supuestamente está liderado por la banda Los Lobos, contraria a la agrupación a la que presuntamente él pertenece.

Según las indagaciones, el procesado sería un supuesto gatillero de Los Choneros, y tras ser detenido por el asesinato del jugador de fútbol de Segunda División Joe Rosero Micolta, hermano de un presunto miembro de la banda rival, no dudó en pedir que lo envíen donde se encuentran sus líderes máximos: Fito y Junior.

La autoridad judicial firmó un oficio dirigido al Centro de Rehabilitación Social N.°1 Guayas para que recepten al procesado y así “garantizar su integridad personal”.

En la provincia de El Oro no es el primer caso de que detenidos piden ser llevados a otra ciudad, por miedo a que atenten contra sus vidas dentro del centro de privación de Machala.

El 21 de noviembre del 2021, Hugo Javier Segura Rivas y Ángel Alejandro Chávez Angulo pidieron que los lleven a la Penitenciaria de Litoral, luego de ser procesados por robo. (DAD)