China ha reiterado su postura de que el COVID-19 podría haberse originado en Estados Unidos, en un nuevo informe técnico publicado por la agencia estatal Xinhua. Esta declaración surge como respuesta a la reciente acusación del expresidente Donald Trump, cuya administración afirmó que el virus se habría originado por una fuga en un laboratorio chino.

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Respuesta al sitio web lanzado por la Casa Blanca

El pasado 18 de abril, la Casa Blanca lanzó un sitio web dedicado al COVID-19, en el que sostenía que el virus surgió en China debido a un accidente de laboratorio. Además, responsabilizó al expresidente Joe Biden, al exasesor de salud Anthony Fauci y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su gestión del brote.

En respuesta, el informe técnico chino acusó a Estados Unidos de politizar el debate sobre el origen del virus y recordó una demanda presentada en el estado de Missouri que terminó con una sentencia de 24.000 millones de dólares contra China. Según el documento, dicha demanda se basó en afirmaciones infundadas sobre acaparamiento de equipos médicos y encubrimiento del brote por parte del gobierno chino.

China defiende su transparencia y pide investigar a EE.UU.

China defendió su actuación durante la pandemia, asegurando que compartió información relevante con la OMS y la comunidad internacional de manera oportuna. El informe también destacó que un estudio conjunto entre la OMS y China concluyó que la teoría de la fuga de laboratorio era “extremadamente improbable”.

Además, el informe señaló que existen “pruebas sustanciales” de que el virus podría haber circulado en Estados Unidos antes de ser detectado oficialmente en China. Un funcionario de la Comisión Nacional de Salud de China indicó que la investigación sobre el origen del virus debería ahora centrarse en territorio estadounidense.

En medio de este cruce de acusaciones, la CIA declaró en enero que consideraba más probable que el virus se hubiera originado en un laboratorio chino, aunque aclaró que su confianza en esta conclusión era baja y que tanto la hipótesis de origen natural como la de laboratorio seguían siendo plausibles.

China concluyó su informe pidiendo a Estados Unidos que atienda las preocupaciones legítimas de la comunidad internacional y deje de “hacerse el sordo y mudo” frente a las crecientes dudas sobre el verdadero origen del COVID-19.

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