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Diario Extra Ecuador

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¡A votar con espumilla en mano!

La salida de casa para votar produce una compra ‘loca’ de dulces.

La comerciante tiene 40 años dedicada a este negocio.

La comerciante tiene 40 años dedicada a este negocio.Hamilton López.

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Como María Daquilema llegó sola a su recinto electoral, en la escuela María Angélica Idrobo (sur de Quito), no tuvo a quién encargar su paila de espumilla, así que la colocó sobre un banco en la mitad de la junta donde ejerció su voto.

Apenas salía del aula cuando varios clientes la abordaron para comprar conos de espumilla de 30 centavos: “En las elecciones se pone buena la venta. Entonces vendo aquí afuera y aprovecho para votar de una vez”, manifestó la comerciante.

Esta quiteña lleva más de cuatro décadas en el negocio. Recordó que aprendió la receta de una amiga que, en su infancia, la invitó a su casa y le enseñó cómo hacer espumilla: “Desde entonces me dedico a eso”.

Aunque vive cerca de su recinto electoral, en el sector de la Ferroviaria, suele desplazarse por varios sectores de Quito para trabajar. “Dependiendo de cómo estén las ventas me voy al norte, a veces me quedo por aquí o bajo al camal”.

Su receta, que calificó como “secreta”, tuvo buena acogida en los exteriores de la escuela María Angélica Idrobo.

Los votantes prefirieron ir a los recintos en bici o a pie

Lo único difícil fue subir la bicicleta por las gradas, aunque Gustavo Sevillano ya está acostumbrado a eso: solo se moviliza en su bici y, a veces, se topa con escaleras en su camino.

Este ciudadano se acercó la mañana de este domingo 4 de febrero a ejercer su derecho al voto, en el colegio Velasco Ibarra, en el sur de Quito. “Siempre que hay elecciones vengo en la bicicleta, porque cierran las calles y el tráfico vehicular se vuelve imposible”.

Sevillano comentó que vive a unas 10 cuadras del recinto electoral, y se hace menos unos 10 minutos a bordo de su bicicleta.

La falta de parqueo es otra razón

David Cando también prefirió llegar en bici al colegio Marista, en el norte de la capital. Pese a que su casa queda como a 20 minutos en auto, prefirió ese medio de transporte porque “aquí nunca hay dónde parquear cuando hay votaciones”.

Además, este quiteño frecuenta los ciclopaseos cada domingo y, como en esta ocasión no hubo tal evento por las elecciones: “maté dos pájaros de un tiro”.

Iván y Daniela Menzoda son padre e hija y fueron a ese mismo recinto, pero a pie. Viven cerca de la avenida Los Granados y tardaron como 20 minutos en su caminata, pero prefirieron eso porque “el año pasado ya tuvimos la horrible experiencia de que no había dónde dejar el carro”, comentó Iván.

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