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Molka porn: Cámaras ocultas graban a mujeres sin su consentimiento
Corea del Sur enfrenta esta epidemia de cámaras espía, que en su mayoría son instaladas por hombres para filmar mujeres en espacios públicos, de aseo, medios de transporte u oficinas.

Cámaras ocultas en distintas habitaciones de moteles en Corea del Sur.
Molka porn es el término que surge para describir el espionaje sexual registrado en Corea del Sur, luego de que se conociera que un motel grababa en secreto a sus huéspedes y transmitía las imágenes en vivo a través de Internet. Las cámaras estaban ocultas en las cajas de TV, enchufes y hasta en secadores de cabello.
El país enfrenta una epidemia de cámaras espía, instaladas en su mayoría por hombres para filmar a mujeres también en espacios públicos, de aseo, medios de transporte y oficinas, según la AFP.
Esta situación ha provocado que miles de personas salgan a las calles a protestar: un total de 22.000 se manifestaron el mes pasado en Seúl —apunta la revista Marie Claire— “para pedir acciones concretas contra la llamada ‘pornografía por cámara espía’”.
El presidente Moon Jae-in se pronunció al respecto y dijo que se ha convertido en parte de la vida cotidiana. “Hay penas de hasta cinco años de prisión y multas de hasta 26.400 dólares; sin embargo, los delitos quedan sin castigo”, expresó.
Incluso artistas reconocidos están involucrados en casos de espionaje sexual. El guitarrista que llegó a la fama en la versión coreana de American Idol, Jung Joon-young, y Lee Seung-hyun, del grupo Big Bang, son dos de las celebridades que han sido acusadas por este delito.
Según The New York Times, el gobierno de Seúl creó una campaña con más de 8.000 inspectoras, cuyo objetivo es recorrer los más de 20.000 baños públicos de la ciudad para quitar cámaras ocultas. No obstante, también se han encontrado en lapiceros, cajetillas de cigarro, relojes y dispositivos móviles.
Por lo general, las víctimas no se percatan de que están siendo filmadas: lo descubren cuando las imágenes o videos ya han circulado por distintas páginas pornográficas.
¿Ocurre solo en Corea del Sur?
En distintos países, mujeres han sido víctimas de este delito. En Madrid, España, le sucedió a Arancha —nombre ficticio— quien encontró un USB con un video en el que aparecía cambiándose de ropa, en la clínica dental en la que trabajaba. Fue su entonces jefe quien la grababa sin que ella lo supiera.
En 2016, su caso llegó al Tribunal Supremo. En enero pasado, se decidió que el hombre tendrá que pagar 62.500 euros por vulneración de derechos, según diario El País.