Los gritos desesperados de los hijos de un hombre de 49 años, alertaron al personal del Hospital IESS Quito Sur la mañana del 7 de agosto.

“Auxilio, mi padre se va a morir”, dijo uno de ellos, mientras llamaba angustiado a los guardias de seguridad. Médicos y enfermeros salieron apresuradamente para atender la emergencia. 

Cuando se acercaron a la furgoneta donde estaban llorando los familiares del paciente, vieron el cuerpo de un señor acostado en uno de los asientos. Ya estaba muerto.

Los guardias sacaron una silla de ruedas para trasladarlo a la casa de salud;sin embargo, el hombre no se movía y un paramédico confirmó su deceso.

Marcelo Quishpe, sobrino del fallecido, contó que más de 13 personas en su familia están contagiadas de COVID. Su tío fue diagnosticado con la enfermedad hace ocho días, pero la mañana de ayer empeoraron sus síntomas. “No podía respirar y estaba muy débil”.

Quishpe cree que su pariente se contagió en algún recorrido que hacía con su buseta.

Menos casos

A pesar de este dramático caso con triste final, el hospital ha registrado una disminución del número de personas que ingresan con síntomas de COVID-19 y que necesitan ser internadas. Hasta la semana pasada, había 507 pacientes hospitalizados y esta semana esa cantidad se redujo a 402.

Sin embargo, el gerente del hospital, Danilo Calderón, explicó que esto no se debe a que existan menos personas que lleguen al lugar, sino que ahora los pacientes con síntomas respiratorios o que necesitan realizarse una prueba para detectarse el virus acuden a los puntos fijos o a las brigadas móviles que instaló el Municipio en varios sectores de la urbe.

“Esto nos ayuda a que el área de emergencia cumpla su papel, que es atender a las personas que están graves”, explicó.

Por esta razón, en las afueras del hospital ya no se ven largas filas de personas esperando a ser atendidas.