La pesadilla de una niña de 12 años, que fue secuestrada en su propia casa en el barrio Toctiuco, en el centro de Quito, ha dado un nuevo giro. La Fiscalía General del Estado procesó a cuatro personas como presuntas responsables del delito de secuestro extorsivo. La nueva información revela el calvario que vivió la menor mientras estaba en manos de sus captores.

Los sospechosos no solo la sacaron violentamente de su casa en presencia de su hermano mayor, de 14 años, sino que la amenazaron con un nivel de crueldad que la menor de edad puede quedar con secuelas emocionales. Según la pericia psicológica practicada por la Fiscalía, durante el tiempo que estuvo retenida, los agresores le dijeron que le iban a cortar los dedos de las manos y de los pies. Después, la matarían.

El infierno que vivió la niña

Este secuestro, ocurrido el 29 de abril de 2025, no fue un acto aleatorio. La Fiscalía detalló que los atacantes irrumpieron en la vivienda buscando a un hombre, quien sería un tío de la víctima. Al no encontrarlo, decidieron llevarse a la menor como forma de presión. Lo más espeluznante es que usaron su vida como moneda de cambio, exigiendo la devolución de una motocicleta sino acabarían con su vida.

La niña fue rescatada el mismo día por agentes de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestro y Extorsión (UNASE), quienes encontraron a los implicados dentro de un vehículo en un parque del sector de La Colmena, a pocos minutos de donde fue raptada. Ella, valiente a pesar del trauma, identificó a cuatro personas como sus secuestradores.

Durante la audiencia de formulación de cargos, la Fiscalía presentó varios elementos de convicción, entre ellos los testimonios de la abuela y del hermano de la víctima, además del informe psicológico que da cuenta del terror psicológico al que fue sometida la niña. Por el riesgo que implica el caso, el juez ordenó prisión preventiva para los sospechosos y dispuso medidas de protección para la víctima.

¿Qué pasó con los detenidos?

La instrucción fiscal durará 30 días, y los cargos fueron formulados bajo el artículo 161 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que sanciona el secuestro extorsivo de cinco a siete años de prisión. Uno de los sospechosos sería integrante del Grupo de Delincuencia Organizada Los Lobos y la mujer detenida tenía una orden de captura por tráfico de estupefacientes. 

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