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En Quito ocurrió otro supuesto femicidio
Un supuesto femicidio ocurrió en el barrio Paquisha, suroccidente de Quito. Los hijos de la pareja presenciaron el hecho de sangre.

El cuarto hijo de la pareja fue retirado del sitio por los policías.
Estaba manchado de sangre cuando bajó al domicilio de Blanca Cordones. “Vecina ayúdeme que le maté a mi mujer”, fue la confesión que hizo la pareja de una mujer, de 25 años. La moradora se quedó estupefacta.
El sospechoso del crimen estaba con sus tres hijas, mientras que el cuarto de sus muchachos huyó de la escena. “¿Cómo pudo hacer eso vecino? Lléveme para ver si podemos ayudarla”, imploró Cordones al hombre.
El hecho ocurrió la mañana de ayer, en el barrio Paquisha, suroriente de Quito. Cuando el sospechoso se dirigió al domicilio de Cordones eran aproximadamente las 08:00. Se presume que el asesinato sucedió una o dos horas antes.
Luego de la declaración, el presunto atacante le pidió a doña Blanca que se hiciera cargo de las tres infantes. “Le dije a mi hijo que llamara a la Policía. Ahí quiso agredirme y dijo que no lo hiciera”, contó la señora, que temblaba al recordaba ese momento de terror.
El cónyuge de la víctima se desesperó. Ante la insistencia de su vecina para que se quedara a afrontar lo que hizo, él decidió saltar una pared. Sin embargo, los policías no llegaron en ese momento y el sospechoso se fue del sitio.
La apuñaló
El cuerpo quedó junto a una cama en la habitación donde dormía con su conviviente. Un joven entró para socorrerla. Sin embargo, era tarde, porque ella tenía un corte en su cuello.
Doña Blanca se paró afuera del domicilio de la víctima al igual que otros moradores.
Gritos se escuchaban desde el interior de la casa. Quienes conocen al presunto femicida y a su esposa dijeron que los alaridos desesperados eran de la madre de la fallecida.
Los uniformados cercaron la casa para que los curiosos no ingresaran, mientras los investigadores tomaban versiones a los testigos.
Detrás de la cinta amarilla que colocó la policía en el perímetro de la escena del crimen, Daniela Flores estaba furiosa por lo que le hicieron a su vecina. “Primero la habría ahorcado, después la remató con el cuchillo”, contó.
Durante la agresión, el hijo mayor de la pareja se fue corriendo de la casa en busca de uniformados para que ayudaran a su madre, pero no los encontró, precisó Flores.
Horas más tarde, el infante y sus tres hermanas fueron atendidos por agentes de la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen).
La mirada de los presentes se enfocó en el carro de Medicina Legal. Las puertas del vehículo se abrieron para ingresar el cuerpo de la mujer, mientras se desconocía el paradero de su conviviente y sospechoso de femicidio.