Dios llamó a historiador de la Iglesia católica

Redacción Guayaquil
A   la par de los conocimientos impartidos, los consejos, las obras escritas son el mejor legado dejado por monseñor Roberto Pazmiño Guzmán, sacerdote guayaquileño quien falleció ayer luego de varios días de estar delicado de salud.
‘La Niña Narcisa, estampas de una vida’; ‘De Modista a Santa’; ‘Una mujer de nuestro pueblo’, fueron algunos de sus libros en los que refleja cuánto investigó sobre la tercera santa ecuatoriana, Narcisa de Jesús Martillo Morán.
Recién nombrado sacerdote, en 1969, fue designado a cumplir su labor pastoral en Nobol, la tierra de Narcisa y desde ahí se dedicó a conocer sobre la vida de la mujer laica que llegó a los altares. Él  fue el vicepostulador de la causa de canonización.
Además, el religioso escribió otros textos en los que refleja la religiosidad en Guayaquil y de las advocaciones marianas.
Monseñor Pazmiño estuvo ligado a la historia de la Arquidiócesis de Guayaquil recopilándola en varias obras. Dirigió la revista arquidiocesana Levántate, la Hoja Dominical Nuestra Iglesia, y otras obras. En el 2014 se incorporó a  la Academia Ecuatoriana de Historia.