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Diario Extra Ecuador

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¡Harta de la pobreza!

Suplica ayuda institucional para poder vivir dignamente lo que le resta de existencia. Ahora subsiste de la caridad.

La estructura de la vivienda está debilitada. El material se ha podrido.

La estructura de la vivienda está debilitada. El material se ha podrido.Christian Vinueza / EXTRA

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Una cama, una mesa y un fogón en el suelo son los pocos enseres que tiene Elsa Yépez Jiménez en su vivienda, ubicada en el bloque 1 de Flor de Bastión, noroeste de Guayaquil. Su realidad es que los años la han marchitado y, para completar, la casa está que se le cae encima. Toda su vida ha vendido agua y cola en las calles de la urbe porteña.

Recorre la zona del mercado central ofreciendo el producto. Con eso saca los 10 dólares para la comida diaria y algunos gastos personales. Sin embargo, tiene períodos en que debe dejar de trabajar porque la salud no se lo permite.

Hace poco el ‘trancazo’ la tumbó. La fuerte gripa la tuvo paralizada sin poder salir a laborar durante varios días y, por poco, y muere de hambre.

Tuvo un problema en los pies, empezó a sentir comezón y las llagas fueron una molestia.

En momentos así es cuando le toca vivir de la caridad de los vecinos y de la poca ayuda que le pueden ofrecer sus hijos, pobres igual que ella.

La mayor preocupación de la mujer, de sesenta años, es el estado de su vivienda, una casita de unos 12 metros cuadrados hecha con palos y caña guadua.

La estructura está virada producto del paso del tiempo y el invierno. Los palos que sostienen la casa se han apolillado y algunos están pudriéndose por las goteras en el techo.

“Cada vez que cae una lluvia fuerte parece que la casa se me cae encima”, dice la mujer, quien asegura que gracias a la mano amiga de unos vecinos pudo reponer uno de los puntales que sostiene el centro de la estructura. Elsa habita en el sector hace 19 años y en varias ocasiones ha sido víctima de la delincuencia.

“Por tres ocasiones se han llevado mis cosas, la cocina de mesa, el DVD, un equipo que pude tener con mucho sacrificio, ahorrando de lo que trabajaba y cobraba el bono”, dice la doña, quien asegura que ese beneficio del Gobierno le fue quitado.

Víctima de consumidores

Los vecinos del sector dicen que los consumidores de droga agarran las cosas en patios ajenos para vender y comprar la H.

Eso es lo que Elsa cree que ha sucedido con sus cosas. “Cuando he salido a trabajar y regreso ya en la noche ya está solo un hueco en la pared y no están las cosas. Me ha tocado volver a comprar desde ropa, zapatillas, cocina, porque todo se lo llevan”, dice con tristeza.

Con ella vive un hijo, Santiago, que también vende aguas; pero por una herida en su pie también ha debido paralizar su trabajo.

Ellos están a la espera de que alguna institución pueda ayudarlos con material para arreglar su casa. “Porque las cositas puedo irlas comprando con mi trabajo, pero para una casa no nos alcanza”, finaliza.

La institución debe validar el caso

El Ministerio de Inclusión Económica y Social es el ente encargado de prestar su contingente para superar las brechas de desigualdad en el país, a través de la construcción conjunta del Buen Vivir.

En su página web no está disponible la cartera de servicios que ofrece. Este Diario solicitó al equipo de comunicación de la zonal 8, que cubre Guayaquil, Durán y Samborondón, y este ente informó que para establecer cada caso de pobreza, se debe constatar acudiendo al sitio y verificando cuál sería la ayuda que corresponde brindar.

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