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Las voces del horror
Padres de los niños presuntamente ultrajados por profesores de un colegio de Guayaquil narran los traumáticos episodios que padecen desde hace tres semanas. Los menores de edad experimentan cambios de comportamiento y crisis de angustia.
“Quiero morirme”. Esa fue la frase lapidaria que ‘John’ (nombre protegido) escuchó entre lágrimas de su hijo, de 7 años, antes de confesar el abuso sexual que habría sufrido en el baño del colegio, hace tres semanas.
El pequeño cursaba el tercer grado de la jornada vespertina y, según su progenitor, el delito ocurrió en el interior del baño de niños del plantel —ubicado en la vía a Daule, norte de Guayaquil— donde también se habría abusado de tres infantes más al mismo tiempo.
El impacto de la agresión lo bloqueó. Empezó a frenar sus deseos de ir al baño, también perdió el apetito y su comportamiento se tornó agresivo. “De un momento a otro él empezó a llegar corriendo a casa directo al baño. Le preguntaba por qué no hizo sus necesidades en el baño del plantel y no me decía nada”, relató ‘John’.
Una madre de las víctimas del supuesto delito se le acercó y le reveló la pesadilla que estaba pasando su vástago. Eso lo alertó para que luego de ver el extraño comportamiento de su hijo hablara a solas con él. Luego el pequeño le narró el siniestro acto.
“Se me cayó el mundo en pedazos cuando me describió lo que esos cuatro profesores le hicieron a él y tres amiguitos más”, remarcó. ‘John’ acudió el jueves 5 de octubre a la Fiscalía para poner la denuncia en contra del único docente procesado hasta el momento y que fue detenido el viernes 6.
Apretón de mano
El tormento que ‘John’ vivía en su hogar se replicaba en la casa de ‘María’. El comportamiento timorato y violento de su hijo, de 7 años, la hizo sospechar de que algo malo le ocurría. Intentó en algunas ocasiones hablar con él para saber qué le sucedía, pero no logró sacarle nada.
Consultó los síntomas en Internet y la revelación que le arrojó el buscador en una web fue atroz: abuso sexual. La mujer fue a denunciar el supuesto delito al colegio, donde presuntamente la rectora del plantel —quien el pasado jueves fue destituida— se negó a dar nombres de los sospechosos para poner la querella en la Fiscalía.
Posteriormente, ante la insistencia de los padres de los estudiantes afectados, llevó a los niños por los pasillos del establecimiento para que señalaran a los implicados. Sin embargo, ‘María’ sostiene que la funcionaria “solo los condujo por la planta baja, no el piso de arriba donde impartían clases los profesores” señalados.
“Como ningún niño vio a los docentes, no dijeron nada y ella manifestó que no había delito”, recordó. Para lograr sacar el nombre del presunto abusador, ‘María’ se paró a la entrada del colegio junto a su hijo. Le pidió que apretara su mano cuando pasara el presunto abusador. Con esa pista fue a presentar la denuncia formal.
Otro padre de un menor abusado comentó que su pequeño también presentó conductas agresivas y se negaba ir a clases. “Él no quería ir, le pregunté qué le pasaba y me dijo que si decía algo nos iban a matar”, relató.
Tres detenidos, un prófugo
La Fiscalía del Guayas, conjuntamente con la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños (Dinapen), inició las investigaciones en contra de cuatro docentes de la institución. Existen 10 denuncias por este caso.
El primero en caer fue el profesor de matemáticas Bryan M., quien fue llevado a la Unidad de Flagrancia, donde se dictaminó una prisión preventiva de 90 días.
La tarde del viernes ‘cayeron’ dos más: el inspector Máximo M. y el profesor de inglés Neill B., a quienes también se les dictó prisión preventiva, mientras que Egry Xavier Magallanes es buscado por las autoridades que ofrecen 10 mil dólares para quien ayude a dar con su paradero.
Sin embargo, los representantes de los menores de edad exigen que se dicten medidas legales contra la rectora y la vicerrectora por “supuesto encubrimiento”. No obstante, el fiscal César Peña, que maneja el caso, señaló que la Fiscalía recaba pruebas que permitan ordenar alguna medida legal.
El abogado de las víctimas, Hernán Ulloa, dijo que “irán hasta las últimas consecuencias para que también se procesen a todas las personas que supieron del hecho y no actuaron”.
“El niño puede llegar a ser un victimario”
El psicólogo clínico Álvaro Rendón explicó que los casos de abusos sexuales o violación en menores de edad son complejos debido a que cada niño evidencia el hecho de manera distinta de acuerdo al “tipo de manipulación y contacto físico”.
Rendón acotó que no siempre se presentan síntomas inmediatos en un niño que ha sido abusado. También que algunas de las señales que muestran son el aislamiento social, depresión y estrés postraumático.
Por su parte la psicóloga Sharon Meneses indicó que los infantes, de no ser tratados adecuadamente, pueden sentir también culpa o agresividad. Incluso, al ser adultos, podrían llegar a “querer que otro niño sufra lo mismo que le pasó”. Dice que el pequeño puede llegar a ser un victimario por el trauma.
En cuanto al por qué una persona puede llegar a cometer un acto de esta magnitud, Meneses citó que “los sujetos podrían padecer un trastorno, llegar a sentir el placer del sufrimiento de otra persona y no siempre actuarían en plena conciencia”.
Agregó que desde la intervención de las autoridades, padres de familia se turnan para ingresar al colegio y vigilar que ningún docente se acerque a los baños ni a los menores de edad.