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China y EE.UU. llegan a un acuerdo comercial en el que reducirán drasticamente sus aranceles recíprocos./INTERNET

EE. UU. y China reducen sus aranceles por 90 días: ¿Qué acordaron exactamente?

Reducción de aranceles y apertura de diálogo. Las claves del nuevo pacto económico entre China y Estados Unidos

Estados Unidos y China acordaron suspender la mayor parte de sus aranceles recíprocos por un período inicial de 90 días, en un intento por desescalar la prolongada guerra comercial que ha generado incertidumbre en los mercados financieros globales.

La decisión, que representa un importante giro en la relación económica bilateral, fue anunciada en una declaración conjunta el lunes 12 de mayo de 2025 tras una serie de negociaciones de alto nivel celebradas en Ginebra, Suiza.

¿Cuánto se reducen los aranceles?

Durante las conversaciones, ambas partes manifestaron su disposición a buscar una solución negociada a sus diferencias comerciales. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, encabezaron las delegaciones que, tras intensas discusiones, acordaron reducir los aranceles bilaterales del 125 % al 10 % sobre los bienes estadounidenses. 

Sin embargo, se mantendrán ciertos gravámenes, como el del 20 % aplicado por EE. UU. a productos chinos como el fentanilo, lo que deja un arancel total para China del 30 % sobre estos bienes. La declaración conjunta precisa que la medida tendrá efecto hasta el 14 de mayo y que los aranceles adicionales impuestos a partir del 9 de abril quedarán cancelados. De no renovarse el acuerdo, las tarifas podrían volver a los niveles del 34 %, aunque no retornarían automáticamente al 125 % alcanzado durante el punto más álgido del conflicto.

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El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, y el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, en una conferencia de prensa después de las conversaciones con China./Reuters

China, por su parte, se comprometió a retirar las contramedidas no arancelarias impuestas a Estados Unidos desde el inicio del conflicto. Estas incluían restricciones a la exportación de minerales estratégicos, el ingreso de empresas estadounidenses a listas de entidades no confiables, y la apertura de investigaciones antimonopolio contra firmas como DuPont.

El acuerdo también contempla el establecimiento de un mecanismo formal de diálogo económico. Scott Bessent y Jamieson Greer, embajador representante comercial de EE. UU., mantendrán conversaciones periódicas con He Lifeng para abordar posibles disputas y evaluar avances en la relación comercial. Ambas delegaciones coincidieron en que no buscan una ruptura económica, sino avanzar hacia un comercio más equilibrado y sostenible.

Proyecciones económicas y declaraciones oficiales

La tregua comercial fue bien recibida por los mercados financieros. El índice S&P 500 subió un 2,7 % y el Dow Jones un 2,4 %, mientras que las bolsas europeas también mostraron un repunte. El índice alemán DAX creció casi un 1 %, y en Francia, el CAC 40 aumentó un 1,3 %. Empresas de sectores clave, como automotrices y transporte marítimo, registraron alzas significativas, y el crudo Brent se valorizó un 3 %, alcanzando los 65,75 dólares por barril.

Según el medio británico The Guardian, los analistas del banco ING ajustaron su proyección de crecimiento para China tras el anuncio del acuerdo. El pronóstico actualizado prevé un aumento de las exportaciones hacia EE. UU. y una expansión del 4,7 % en la economía china para este año.

Tres meses para evitar una nueva guerra comercial

En sus declaraciones posteriores al acuerdo, Bessent subrayó que los niveles de aranceles alcanzados en los últimos meses equivalían prácticamente a un embargo mutuo, algo que ninguna de las partes deseaba. “Ambos queremos comercio y un mayor equilibrio”, afirmó el funcionario estadounidense.

Desde el inicio de la escalada arancelaria impulsada por el presidente Donald Trump, las tensiones entre Washington y Pekín habían alcanzado niveles críticos. China había respondido con medidas espejo y endureciendo sus políticas de acceso al mercado para productos y empresas estadounidenses.

El nuevo acuerdo representa un punto de inflexión en un conflicto que amenazaba con extenderse indefinidamente. Aunque la reducción de aranceles es temporal, el establecimiento de canales formales de diálogo abre la posibilidad de negociaciones más amplias que puedan llevar a soluciones duraderas.

El futuro del acuerdo dependerá del avance de las conversaciones en los próximos tres meses. De lograrse un consenso más amplio, Estados Unidos y China podrían evitar una nueva escalada y consolidar una relación económica más estable, con menor presión sobre el comercio global.

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