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El embajador inglés que ama comer platos típicos en puestos al pie de la carretera

El diplomático sube a su cuenta de Twitter todo lo que consume durante sus viajes a la Costa y Sierra, que van desde cuy hasta menestra. Gusta del ají

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En uno de los paraderos donde suele alimentarse.Twitter Chris Campbell

Lejos de los protocolos y la rigidez de la diplomacia, Christopher Campbell es un ciudadano más. Fuera del saco y la corbata, vestimenta que usa a diario en sus compromisos como Embajador de Gran Bretaña en Ecuador, se define como un hombre que disfruta del acercamiento ciudadano, porque es a través de su gente y de su comida, la mejor manera de conocer a un país.

Con apenas seis meses en Quito, ‘Chris’ como le llaman, ha saboreado un sinnúmero de platos típicos durante los recorridos que a hecho a la mayoría de las provincias, especialmente de la Costa y la Sierra. De la manera más informal, ha parado en varios puestos que están al pie de la carretera para degustar las recetas ecuatorianas. Entre las que tuvo la oportunidad de saborear están el arroz con menestra, pollo asado, guatita, patacones, ceviches, fanesca, el cuy, que lo comió en Loja y Cuenca, sabor que le agrada porque le recuerda al conejo, y muchas más.

A todos les ha tomado foto y luego publicado en su cuenta de Twitter, donde además alaba la sazón de cada sitio al que va. Esto permite que quienes vean sus posts se interesen en ir a esos lugares a consumir.

Al ser interrogado acerca del platillo que más ha disfrutado, responde que es muy difícil decirlo, porque todos saben diferente. “Cuando estoy en la Costa, con el olor del mar en la nariz y por el calor, es más el ceviche. En la Sierra probamos los locros, el cerdo, el chicharrón, también hemos comido las humitas”, asegura Campbell, cuyo sabor de esa masa de maíz cocida con leche y queso, le recuerda a unas similares que probó en Venezuela, país en el que residió 5 años por trabajo.

“Soy diplomático, la comida más rica es la que pongo en mi plato, frente a mí y punto final"

Las cascaritas

Sin embargo, hay algo que sí desearía volver a comer y son las cascaritas, una receta andina que tiene como protagonista delgadas láminas de cuero de cerdo, asadas y doradas. Otro de sus deseos es repetir un buen ceviche de pulpo, su preferido cuando va a la playa. Y frente a tanta comida, ¿cuántas libras ha subido? “Nada, porque cuando estoy en la oficina mis almuerzos son solo ensaladas”, responde entre risas. A eso le suma las camintas diarias por el parque la Carolina junto a su esposa Sharon.

Aunque por su cargo diplomático lleva más de tres décadas viajando alrededor del mundo, ‘Chris’ dice no olvidar el sabor de la comida de la tierra que lo vio nacer hace 58 años. “Es imposible olvidarla, es parte de nuestro ADN. El mejor plato para mí siempre será un roast beef, hecho un domingo, porque es muy tradicional. Lo preraparamos en la casa, ya que afuera no hay lugares con ese tipo de comida”, lamenta.

Otro platillo que lo regresa a sus raíces es un desayuno inglés tradicional donde están presentes el café, los huevos y el pan fritos, las salchichas, morcilla, habichuelas y tocineta. Este lo prepara cada tres meses o solo en ocasiones especiales debido al alto contenido de grasa.

Sus costumbres

Pero lo que definitivamente no puede faltar en su hogar y es la parte más arraigada a sus costumbres, es el té. Toma tres tazas al día, incluso puede ser chino. El de las once de la mañana y el de las cinco de la tarde, acompañado con galletas o algún bizcocho, son impostergables.

A lo largo de su servicio consular, Campbell ha vivido en países de África, Asia, Europa y América, ante lo cual se le hace muy difícil señalar dónde está la comida más rica. “Soy diplomático, la comida más rica es la que pongo en mi plato, frente a mí y punto final”, señala con firmeza, con un español de acentos mezclados, entre aquel que aprendió en España, donde acentúa la letra z y el que aprendió en Costa Rica, y en el cual prevalece la s.

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Una de sus debilidades son los dulces. Aquí aprendió a comer los higos en almíbar y queso.

“Soy goloso, me encantan los dulces y eso no ayuda en la barriga”, indica entre carcajadas el diplomático, quien gracias a sus publicaciones ha logrado ganarse la simpatía de muchos ecuatorianos.

Pilas con esto

*Ama el ají
*La comida asiática le encanta por lo picante. Disfruta mucho del ají casero ecuatoriano.
*El ‘Chelsy’, es su equipo de fútbol favorito y su jugador es Lampard
*No tiene hijos, pero sí, una mascota, una perrita llamada Daysi que no pudo tener en Quito, por eso la envió a España con su hermano.