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Vivía en la calle y estuvo siete años saliendo con usuarias de Tinder para dormir a salvo

La historia de Chloe Florence y Tinder es dura desde el inicio, pero tiene un final feliz

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La historia de la joven sin techo que se valió de Tinder para vivir mejor.DIFUSIÓN

No tener un hogar, vivir en la calle, lleva a buscar alimentos o un techo para pasar la noche de la manera que sea. Chloe Florence lo hizo a través de Tinder. A ella le gustan las chicas y salió con varias a través de esta popular aplicación de citas. Tras quedar con una chica determinada, salían y pasaban la noche juntas, en la casa u hotel de su cita ocasional. Así pasó siete años de su vida.

Así, para Chloe, Tinder no solo fue una aplicación de citas, ni una que solo le diera una experiencia sexual, sino que fue la oportunidad que le permitía dormir segura una noche.

¿Y qué pasaba cuando no hacía "match" con ninguna chica? Chloe dormía en buses de Londres, donde vive, o se hacía un espacio en algún restaurante o cafetería que ofrecía sus servicios por 24 horas. También iba de fiesta: podía ir a una fiesta rave, de esas que duran toda la noche hasta la mañana, y la pasaba ahí.

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"Estaba viviendo mi vida, sobreviviendo de una cita difícil a otra en Tinder", escribió Chloe Florence en el diario inglés "Metro". "Ello mejoró mi autoestima y, con cada cita que funcionó, tuve un lugar seguro para dormir", agregó la joven. De día, Chloe recorría centros comerciales, donde robaba ropa para ella, tomaba muestras gratis de productos y usaba baños públicos.

Eso sí, de todas sus citas, fueron pocas las chicas que conoció a través de Tinder y supieron de la vida de Chloe. Casi nadie se enteró de las dificultades por las que pasaba la joven, mucho menos que vivía en las calles.

"La mayoría no sabía de mi situación y me ayudaron sin darme cuenta. Con fotos en Instagram, jugué a la chica de la fiesta. Me convertí en la maestra de los disfraces", continuó narrando la joven.

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"No tenía la intención de que mis citas de Tinder se convirtieran en mi método de supervivencia. Pero se convirtieron en las únicas personas con las que podía hablar y conectarme. Mirando hacia atrás, hay algunas de las que desearía haberme hecho amigas", agregó.

Pero esta historia tiene un final feliz. La incertidumbre se acabó para Chloe. Gracias a la organización LGBTQ + Stonewall Housing, la joven cuenta con una casa y protagoniza una obra en la que que cuenta su historia, una mezcla de poesía y política. ¿Y Tinder? Por ahora no.