La explosión subterránea que generó alarma en el Centro Histórico de Quito
El hecho causó pánico entre las personas que estaban en la zona donde ocurrió la desgracia y que dejó dos mujeres heridas, en el centro de la capital
La tapa redonda de esta alcantarilla en la calle Flores, entre Olmedo y Mejía, ocasionó una grave afectación a una mujer.
El susto que vivieron las personas que estaban en la calle Flores, desde la Olmedo hasta la Mejía, en pleno Centro Histórico de Quito, fue tremendo. Aproximadamente a las 07:30 del lunes 26 de febrero de 2024, una explosión subterránea los alarmó y generó pánico en el sector.
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En el sitio, las tapas de las alcantarillas empezaron a ‘volar’ una tras otra. En total, fueron siete las cubiertas que se desprendieron a lo largo de 70 metros, pese a que estas son de hierro, pesadas y tenían pequeñas cadenas que las anclaban a la estructura de la acera.
La fuerza con la que salieron despedidas provocó lesiones graves en dos mujeres que fueron impactadas por estas. Según los testigos, una señora fue ingresada de urgencia a un centro ambulatorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en ese sector, mientras que la otra tuvo que ser trasladada a otro centro médico de la misma entidad, el Pablo Arturo Suárez, en el norte capitalino.
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Esta última es una joven, de 31 años, que estaba de pie junto a una de las tapas. Ella habría terminado con uno de los pies bastante afectado. Por ese motivo, iba a ser sometida a una intervención quirúrgica, de acuerdo a lo relatado por sus amigos de labores. La afectada es empleada de un local de venta de comidas y al momento de la desgracia ella estaba de pie en la vereda, con el menú del negocio en mano, para ofrecer desayunos a los transeúntes.
Catalina Guachamín, comerciante de la zona, comentó que la mujer es trabajadora y que todo su esfuerzo es para sustentar los gastos de su hogar y las necesidades de sus dos hijos. Los conocidos de la mujer lesionada estaban preocupados por lo ocurrido y esperaban que no pierda su pie.
Algunos negociantes sostuvieron que el estruendo de la explosión los llevó a pensar, incluso, que se había tratado de un atentado. Sin embargo, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de la capital atribuyó el percance a un cortocircuito.
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