La muerte de Luis Serafín Orellana Cruz está cargada de dudas, según la Fiscalía.

Los familiares: dos hijos y una nieta, sostienen que se trataría de un suicidio, sin embargo, no existe una causa probada que determine esta versión. Así se expresó el fiscal del Azuay, Leonardo Amoroso, al anunciar que sobre el hecho se ha iniciado un proceso investigativo para descubrir las circunstancias del deceso de Luis Serafín.

La víctima, quien según sus parientes sufría de la enfermedad de Parkinson, el 28 de mayo desapareció de su hogar, sector del Barrial Blanco, este de Cuenca.

En el parte de la desaparición consta que el anciano llevaba consigo un recipiente grande de plástico, sin conocerse el contenido. Cuatro días después (1 de junio 2021) fue hallado sin vida e incinerado, en un terreno baldío y junto a unos matorrales en Balsay Alto, a 9 kilómetros del lugar desde donde había desaparecido. El cadáver fue hallado en posición cúbito-ventral (bocabajo y la cabeza de lado) y sobre la hierba algo quemada.

Durante las pericias para el levantamiento del cadáver se halló un vaso plástico con olor a combustible, señaló el fiscal. A ello se suma el informe de la autopsia, el cual señala que el cuerpo presentaba quemaduras en el 95% y no se hallaron signos de violencia.

Con ese informe, Rolando Orellana, hijo del fallecido, sostiene que su padre se habría matado. “Sufría últimamente de depresión y amenazaba con quitarse la vida”, manifestó el hombre, quien coincidió con los testimonios de su hermana.

Fiscalía pidió informe legista

Todo ello deberá aclararse, pues las dudas surgen al conocer que salió de casa con un recipiente grande y junto al cadáver fue hallado un vaso plástico. Una persona difícilmente toma la decisión de incinerarse, y aún más, un cuerpo no se quema fácilmente, anotó el fiscal Leonardo Amoroso.

Ante el hecho, la Fiscalía inició la investigación solicitando inicialmente el informe médico legista sobre el tipo de combustible que presentaban los restos de la víctima.