Llegó diciembre y con él unas semanas bastante agitadas en temas de ‘agenda’: que comidita por aquí, reunioncita por allá; pero con esa alegría también llega el ‘aguacero’ para algunas familias que, por alguna razón, han decidido separarse.

Si papá y mamá ya no están juntos en una relación sentimental, los niños pueden recibir parte del dolor al no saber con quién irse en las fechas más ‘importantes’: la Navidad y el Fin de año.

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El psicólogo Christian Arias expone que esto es una realidad que no debe evitarse, sino asumirse. “Pretender que a los niños no les afecte o les duela una situación así es una utopía”, aclara.

Él dice que es como querer salir a la lluvia y no mojarse. Sin embargo, existen herramientas que se usan para mitigar las consecuencias. “Si no me quiero mojar, uso un paraguas”, compara.

“El desafío es llegar a comprender las situaciones. Entender que va a doler sí o sí”, asegura. Para lograr esto es necesario, según Arias, saber cuál es el nivel de madurez que tienen los progenitores, si han podido sanar las heridas luego de la separación y cuánto respeto se le da al otro. “Esa es la condición”.

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Si se logra una buena comunicación, lo siguiente sería explicarle al menor que papá y mamá siempre estarán para él. “Hay que expresarle que hay un alto nivel de disponibilidad parental con frases como ‘mamá te extraña’, ‘papá piensa en ti’, pero si no se ha sanado se podría exponer al niño o niña a ser un instrumento de ataque al otro”.

Frases como ‘no quiero que lo veas’ o ‘él (o ella) se olvidó de ti’ son un claro ejemplo de esto, advierte el experto. “No hay receta perfecta, solo hay que tomar las recomendaciones y adaptarlas al contexto que vive cada familia”, finaliza el psicólogo.

Explicarles con palabras sencillas

No es necesario que a un niño se le hable como a un adulto. No se debe llenar de retórica que ellos no comprenderían. Considerar también la edad del niño o niña.

Mostrar empatía con sus sentimientos

Los niños deben sentirse comprendidos. Debe concerdérseles la oportunidad de llorar o quebrarse e intervenir con frases como ‘entiendo que es doloroso’ o ‘sé que esto te incomoda’.

Dar nombre a la emoción que siente

Según Arias, el adulto, por sus vivencias y edad, debería ser quien lo tenga claro y enseñe a su hijo o hija al respecto, ya que el menor se encuentra en una fase conocida como desarrollo socioemocional, en la que procesa y expresa lo que siente.

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