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En Guasmo sur de Guayaquil: Motorizados ‘cernieron’ a plomo a alias Pan blanco

Lo victimaron a 6 cuadras de su casa. Antes un amigo lo llamó y lo invitó a chupar. 

Los padres de Jefferson Cabrera Solano lloran desconsolados. Piden dar con los asesinos.
Los padres de Jefferson Cabrera Solano lloran desconsolados. Piden dar con los asesinos.CHRISTIAN VASCONEZ

Ni las palabras de aliento de su esposo, ni los abrazos de sus hijos pueden mitigar el dolor que embarga a Sandra Solano. El crimen del menor de sus cuatro vástagos, Jefferson Javier Cabrera Solano, destrozaron su corazón como los 16 balazos que perforaron el cuerpo de su muchacho.

El crimen del joven, de 29 años, ocurrió a las 22:30 del jueves en el exterior de una casa, en la manzana 506 de la cooperativa Reina del Quinche, en el sur Guasmo sur, de Guayaquil. Sus tres verdugos llegaron en una moto, dos de ellos se bajaron y le descargaron los ‘pepazos’.

Su padre Francisco Cabrera manifestó que su hijo estaba en la casa cuando lo llamaron a su celular. “Eran las 20:30 cuando un amigo lo invitó a beber. Le aconsejamos que no vaya pero nos dijo ‘ya regreso voy a comprar algo de comer’. Dos horas después nos avisan que habían matado a Pan blanco, así llamaban a mi hijo porque todos somos panaderos”, contó el progenitor.

En la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) hasta ayer se habían registrado 250 asesinatos.

Recordó que al llegar observó a su descendiente tirado en la vereda y a su motocicleta junto a él. “Teníamos la esperanza de salvarlo. Mi esposa puso su cabeza sobre su pecho para escuchar sus latidos, lo llevamos al hospital, allí nos dijeron que había fallecido”, relató.

Sandra Solano se arrojó al cuerpo de su hijo para escuchar si su corazón latía.
Sandra Solano se arrojó al cuerpo de su hijo para escuchar si su corazón latía.Cortesía

De acuerdo a un informe policial, a la que este Diario tuvo acceso, Cabrera no tenía antecedentes, pero se dedicaba al expendio de droga. Sin embargo la madre de la víctima desmintió la acusación de la Policía y cree que el crimen se produjo por una confusión.

“Mi hijo no era ladrón, ni matón, tampoco vendía droga, era un chico trabajador. Investigaremos hasta las últimas consecuencias, no dejaremos su crimen en la impunidad”, sentenció entre lágrimas la madre. (AEB)

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