Antes de lanzarse al pavimento, desde un puente peatonal de 8 metros de altura, Wilfrido Manuel Parrales Pachay estuvo sentado alrededor de 10 minutos, sobre la baranda de este paso elevado.

Al parecer, durante el tiempo en que permaneció en el puente para cruce de peatones, el manabita, de 68 años, no meditó la radical decisión que acabaría con su existencia y se arrojó al vacío.

Según las cámaras de seguridad, colocadas en la avenida 25 de Julio (sur de Guayaquil), lugar donde ayer se produjo el suicidio del sexagenario, el hecho ocurrió a las 05:40 de ayer.

El agente Diego Roha, de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), explicó que el hecho fue reportado como un accidente de tránsito. Sin embargo, al llegar, constataron que el cuerpo del adulto mayor no tenía huellas de arrastre, que quedan cuando una persona es embestida por un vehículo.

“La central de la ATM nos reportó que en los videos de vigilancia se observa cuando el señor se arroja desde el puente peatonal. Incluso en la baranda están sus marcas”, explicó el agente de tránsito.

Tras descartarse que se trató de un accidente de tránsito, el cuerpo de Parrales, oriundo de Jipijapa (Manabí), fue embarcado en carro de Medicina Legal de la Policía y llevado al Laboratorio de Criminalística porteño, a donde pasado el mediodía acudieron sus familiares para retirar el cadáver.

Wilfrido residía en la ciudadela Los Tulipanes, a pocas cuadras del sitio donde decidió acabar con su vida. Llevaba en el bolsillo de su pantalón un documento que permitió su identificación.