La refrescante brisa que se siente con la corriente del caudaloso río Guayas motiva a bordear por la grandiosa Guayaquil, transformada en sus más de cuatro siglos de existencia.

Desde el agua, bajo la tibieza del astro rey, hay quienes día a día admiran algunas de las modernas edificaciones, la vegetación, los monumentos que hablan de la historia de la Perla del Pacífico, la ciudad que ha sido y es inspiración de poetas y escritores, fuente de trabajo y escenario para pasear.

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A lo largo de la historia de esta localidad porteña, en su orilla bañada por la caudalosa confluencia del Daule y el Babahoyo han acoderado distintas embarcaciones en las que trasladaban pasajeros y llevaban diversos productos. Hoy, pescadores, unos operarios de lanchas y turistas viven el placer de contemplar la metrópoli guayaca desde el río.

Germán Castañeda, de 35 años, es uno de aquellos que disfrutan de ver, cada día, la majestuosa ciudad mientras navega buscando productos para poder ‘parar la olla’.

Desde hace más de una quincena de años, este padre de tres hijos recorre el Guayas, en sus mareas bajas o altas, sacando bagres y corvinas que luego vende en el mercado Caraguay.

Usualmente, las jornadas son cansadas, pero él se reconforta con los “amaneceres” que puede contemplar. “Lo más maravillo en el río es tener qué pescar y al iniciar el día, ver la ciudad cuando se van apagando las luces en el cerro, malecón, sus calles”, destaca con tímida sonrisa.

Con el viento que acaricia su rostro y despeina su cabello largo, Sheryl Alvarado revisa que todo esté en orden en el catamarán, embarcación en la que llevará a turistas a pasear desde el Puerto Santa Ana.

“El río Guayas es para disfrutarlo y por ello hacemos recorridos para que turistas tanto nacionales como extranjeros conozcan lo hermoso que tiene la ciudad. Desde acá se la puede disfrutar”.

Ella es supervisora de Riverdock, que desde febrero del año pasado, emprendió cortas rutas fluviales, que comprenden desde el muelle del Parque Histórico, hasta el puente de la isla Santay, como opción de distracción, de miércoles a domingos, desde las 12:00 a 18:00.

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