El incendio en una supuesta clínica de rehabilitación, en el suroeste de Guayaquil, dejó siete víctimas mortales al atardecer del martes 1 de marzo, pero hasta la mañana siguiente los cuerpos seguían sin ser identificados.

Hasta las 09:15, nadie se había acercado al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, del oeste porteño, para realizar los trámites formales de reconocimiento de los cadáveres.

En el sitio del suceso, algunos moradores comentaron que la noche del suceso sí habrían llegado perdonas a preguntar por las víctimas, pero no sabían si se eran familiares de los fallecidos o de los sobrevivientes.

En la barriada había consternación porque supuestamente los internos del supuesto centro para adictos tenían buena relación con los vecinos. Incluso, comentaron que hacían labores sociales en el sector.

Como Víctor Parrales, de 25 años, fue identificado uno de los siete jóvenes fallecidos en una clínica de rehabilitación clandestina, del suroeste de Guayaquil.

Los parientes mencionaron que la víctima estaba en el sitio por voluntades propia, pero anhelan que el hecho se investigue, para tener certeza de lo sucedido.

Reconocimiento:

Si algún familiar debe acercarse a reconocer a una de las víctimas, puede hacerlo directamente en la morgue, ubicada en la avenida Rodríguez Bonín, a 100 metros del puente de la calle Portete.