“No era comerciante ni tampoco estaba amenazado, él era un conductor nada más y si murió fue porque fue una víctima colateral” de otra persona a la que atacaron. De esa manera la familia de Segundo Efraín Guato Ramos quiere poner fin a cualquier duda sobre su deceso, ocurrido el pasado sábado 15 de abril, en Guayaquil.

Segundo, como también se llama el hijo de la víctima, relató que, contrario a lo que se había hecho público, su papá no habría sido amenazado y que él laboraba como taxista informal, pero solo con amigos y conocidos. 

Este suceso también dejó a otra víctima, un hombre que circulaba en su carro por el sector al momento del hecho recibió un tiro.

Al parecer, dijo, su progenitor, estuvo ‘en el lugar y el momento equivocado’, pues se cree que por la persecución a otro sujeto, por parte de unos individuos que se habrían movilizado en un vehículo, se habría generado una balacera en el sector de las calles Yolanda Baquerizo y Federico Godín (más conocida como la 11), en el centro sur de Guayaquil. 

Guato Ramos, de 64 años y quien vivía en el sector del Cristo del Consuelo, resultó herido de bala en la cabeza y fue llevado a una casa de salud, donde falleció.