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La historia de María Roldán, la mujer que agarró a palo a ladrones de su tienda

La comerciante, oriunda de Riobamba, les dio duro a dos sujetos que entraron a robarle a su local, en el norte de Quito. 

Robo - Quito - noticia
A la mujer no le tiembla la mano para agarrar a un delincuente y darle su merecido.ANGELO CHAMBA

María Roldán se consiguió un palo para castigar con más fuerza a los delincuentes que pretendan robar su local.

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La tarde del lunes 2 de octubre, la mujer fue víctima de un asalto en el sector de la Mañosca, norte de Quito.

Dos sujetos llegaron a comprar una cerveza y cuando la comerciante se descuidó para tomar el producto, uno de ellos la golpeó y la encerró en el baño. Mientras tanto, su compinche sacó el dinero que había en la caja y luego huyeron.

El abogado Erwin Romero detalló que al capitán Cristian Cevallos le abrieron dos sumarios.

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Sin embargo, los pillos no se percataron de que la mujer hablaba con su hermana por el celular, el cual lo escondió entre sus prendas.

La pariente tiene un negocio cerca del lugar y escuchó todo. Salió pidiendo auxilio y vio que los pillos corrían con dirección a la avenida Granda Centeno. En ese momento, moradores detuvieron a los antisociales y los lanzaron al suelo, hasta que Roldán los alcanzara.

Un video muestra cómo ella recrimina, golpea a sus atacantes y les exigía que le devolvieran el dinero que se robaron.

Al final, uno de estos soltó los 165 dólares que se ‘bajaron’ de la señora y luego fueron llevados por la Policía ante las autoridades. Sin embargo, fueron liberados porque no hubo denuncia.

Según la Cámara de Comercio de Quito, 6 de cada 10 negocios se sienten afectados por la inseguridad.

Mano dura

Roldán es oriunda de Riobamba y comentó que no es la primera vez que es víctima de un robo.

Los ‘vecis’ piden más patrullajes porque, según ellos, la zona no es muy transitada y eso aprovechan los delincuentes.

El año pasado, dos sujetos con pistola la amenazaron a ella y a su hijo y les robaron los celulares. La comerciante está indignada y afirmó que la próxima vez que agarre a un delincuente, “no me va a temblar la mano para caerle a palazos”.

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