Ecuador, tierra de ‘sabidos’. En otro intento por ‘salir adelante’ mediante negocios ilegales en nuestro país, un taller de decoración de autos ubicado en Ambato, Tungurahua, publicitó en sus redes sociales un dispositivo tramposo utilizado para cubrir, a voluntad, las placas de los vehículos.

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Se trata de un accesorio usado a control remoto que, al apretar un botón, baja o sube una especie de plaquilla negra que cubre totalmente las placas delanteras y traseras de los automóviles.

En el metraje para ‘figuretear’ su ‘invento’ se presenta la frase: “¿Tienes problemas con los radares? Nosotros tenemos la solución”, en referencia a los fotorradares de velocidad instalados en varias provincias, los cuales capturan imágenes para documentar excesos de velocidad en las carreteras, razón por la que este producto es ideal para evitar ser captados.

El coste del cubridor para ambas placas y el control remoto es de 150 dólares. “No, mi amigo, es solo un portaplacas, no hay nada de prohibido en eso”, manifestó uno de los vendedores, que respondió al número mostrado en el video a un cliente.

Pese a los intentos de Diario EXTRA por obtener una versión del establecimiento en cuestión, se limitaron a dar rodeos al asunto y esquivaron las preguntas relacionadas al origen del artículo y acerca de la legalidad de su venta.

El coronel Martín Saquicela, jefe del Departamento de la Unidad Legal de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), informó a este diario que la institución de tránsito no estaba al tanto de esta novedad, pero aseguró que estarán vigilantes mediante la implementación de operativos.

“Hacemos un llamado a la ciudadanía para que se abstenga de comprar o vender este tipo de dispositivos, ya que el uso de estos constituye un delito penal, sancionado y tipificado por la ley debido a la alteración y uso de documentos falsos”, advirtió Saquicela.

Según el Art. 389, numeral 12, del Código Orgánico Integral Penal (COIP), el delito de “manejar un vehículo con placas alteradas u ocultas” es una contravención de cuarta clase, castigada con una multa equivalente al 30 % de un salario básico unificado y reducción de 6 puntos en la licencia.

A pesar de la similitud con el caso, aquel artículo no aplicaría aquí. El coronel Saquicela subraya que no se trata de solo una contravención, como indica el Art. 389, ya que una placa oculta es aquella que no se ve o no está en su sitio, pero en este caso puntual se trata de un dispositivo usado con la intención de cometer delitos y escabullirse de los radares. 

El funcionario afirmó que estas faltas estarían contempladas en el Art. 328 del COIP, que conllevan una pena privativa de libertad de cinco a siete años.

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