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¡La maldición del Daular: el futuro nuevo aeropuerto de Guayaquil que no despega!

Pobladores de la zona donde hay 2.020 hectáreas de terreno para el aeropuerto, ya creen que esto es una leyenda. Llevan años y años escuchando de eso.

Ritual web
El vidente José de los Santos realizó un ritual para eliminar las malas energías y armonizar las buenas vibras en los terrenos donde debería construirse el aeropuerto. PERIODISTA : VICENTE TAGLE FECHA : 05/04/2022 Agencia (ag-extra)Freddy Rodriguez

Un cuento. Una leyenda. Algo así como una maldición que de tanta promoción no despega, con un vecino pobre, la comuna Daular, donde lo único que parece haber comenzado a tomar vuelo es la droga.

Así resumen los habitantes de esta pequeña población al desgastado anuncio del nuevo aeropuerto de Guayaquil, que se prevé construir en terrenos colindantes a dicho sitio, de unos 800 habitantes en el centro, a los que se suman unos 200 más en haciendas de la zona.

Allí, al pie de su casa, en medio del lodo y unos entablados donde cuida a sus 20 gallinitas y una decena de pollitos, Inés Martínez recuerda haber oído de “este cuento desde que estaba en la escuela; ya tengo 58 años y nada. Yo habré tenido unos 12 años cuando ya estaban haciendo las inspecciones por aquí”.

En la zona, para definir si es viable o no el aeropuerto por las condiciones atmosféricas, se han realizado estudios de parámetros como temperatura, humedad, visibilidad, nubosidad, lluvias y tormentas eléctricas. Los registros efectuados hace en 2009 por la empresa estadounidense Mitre determinaron que las variables son ideales para el aterrizaje y despegue durante el 99,75% del tiempo.

Pero tanto estudio ni la presencia constante de personal de la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil (AAG) en el lugar han cambiado mucho las cosas.

Inés asegura que, pese a que el pueblo ha ido creciendo y se han ejecutado obras importantes, aquí hace falta mucho, como trabajos de contención del río, que en invierno se desborda, “y un doctor, porque cuando pasa cualquier emergencia aquí no hay quién atienda, debemos salir al Consuelo (km 40) y si el asunto es más grave, a Chongón o Guayaquil”.

Y no es solo eso. La mujer deja salir un lamento cuando habla de una maldición que sí despega en Daular, la droga. “Uyy, aquí hay bastantes hacheritos (consumidores de la llamada H), sobre todo en el centro”.

Como ella, Juan Ladines Ponce, de 45 años, dice que esto es como una leyenda. “Cuando yo era niño, mi papá ya hablaba de eso. Hoy se escucha que en unos años estaría listo y no ha pasado nada... vamos a ver, no vaya a ser como una maldición que no se realice nunca”, señala con duda mientras realiza arreglos en la casa comunal del pueblo.

Sentado en el portal de su casa, oyendo a su mamá que lee la Biblia, Danilo Mendoza confirma que en los últimos 15 años se han visto mejoras en Daular, como la planta de tratamiento de agua potable y el alcantarillado, pero aún “faltan cosas tan básicas como un médico o el servicio telefónico. Acá tenemos celular, pero solo para mensajes, porque señal para hablar no hay”.

Danilo también se suma a las quejas por el consumo de drogas. “Esto nos va a terminar”, dice, mientras con pesar cuenta que, “por esa H” uno de sus hijos, de 21 años, está internado por segunda vez en un centro privado en el Guasmo, en Guayaquil. “El aeropuerto acá no despega, pero los hacheritos ya están que vuelan”, sentencia.

Portón en terreno de n uevo aeropuerto
Justo al iniciar los terrenos municipales donde se construiría el nuevo aeropuerto de Guayaquil hay un portón. Si el guardia no deja pasar, hay que darse un vueltón para llegar a Daular.Freddy Rodriguez

Y aunque ya quedan pocos antiguos en la población, los hijos de estos recuerdan cómo sus padres ya les hablaban de que allí, en esa zona, se iba a construir un aeropuerto. Uno de ellos es Julio Preciado, de 54 años y presidente de la comuna, quien dice que “desde que tenía uso de razón yo ya escuchaba eso acá en Daular. Mis padres ya hablaban de eso del aeropuerto desde hace años”.

Para llegar a su domicilio hay que pasar por el parque central, donde destaca un gran letrero con la frase: Daular tiene de todo.

Y aunque como el resto del pueblo es agradecido con las obras que han llegado, la mayoría realizada por la Autoridad Aeroportuaria (que hace lo que debería hacer Obras Públicas municipales en el sector), Preciado confirma todo lo que sus vecinos dicen: Daular no tiene ni siquiera un médico. Daular no tiene telefonía ni fija ni celular... Daular ve ‘volar’ a los hacheritos, pero ni un solo avión.

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En los terrenos municipales hay una torre de control junto a una villa donde se ubican los guardias que vigilan la zona.Freddy Rodriguez

‘BARÁJENSE’, MALAS VIBRAS

Para contrarrestar esas energías negativas que han hecho de Daular un mito, hasta la zona misma donde son los terrenos municipales llegó el cartomántico y vidente José de los Santos. Ahí, al aire libre y en plena caída del sol, llevó a cabo un ritual de limpieza y armonización.

Para ello, llevó consigo una espada de madera, para expulsar las malas energías; velas y velones de color morado, para el contacto con las almas que deambulan por los terrenos hinóspitos; rosas blancas, que acercan a la transparencia de los espíritus; y ruda de castilla y otros montes ancestrales, para equilibrar toda la buena vibra que retorne a este sector.

En medio de esos objetos, acomodados en un círculo blanco que se hizo sobre un montículo de tierra, una vasija con azúcar, para eliminar todo lo que es ‘salazón’, y canela para que fluyan las energías positivas.

De los Santos hace varios ademanes. Lo primero que revela es que siente “malas energías por las cuales no se han podido concretar los proyectos que se pensaban hacer aquí”.

El ritual sigue. Y luego de unos minutos, la sentencia del vidente: “En este momento siento que las almas y los espíritus que se encontraban resentidos por diferentes problemas que han existido en toooodas estas tierras ancestrales, empiezan a armonizarse. Porque he arrancado toda esas malas energías... Ahora sí es un nuevo terreno, porque esos espíritus resentidos que existían y no dejaban que los proyectos se cumplan, ahora sí están armonizados y tranquilos. Ahora sí se podrá construir cosas positivas aquí. Que así sea, así será, por todos los espíritus que ahora sí ya están en paz, en armonía. Amén, amén, amén”.